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¿Existe el Aprendizaje?

Escrito por Carles Palet Durán el 23/01/2024 a las 18:46:44
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(Socio de Wintowinpartners)

Hace unos cuantos años, las grandes empresas tenían lo que se llamaba “La escuela de aprendices”, cuya finalidad era formar a los jóvenes trabajadores en aquellas profesiones que la empresa precisaba para realizar sus trabajos.

 

Una de las características era que el profesorado lo formaba personal de la propia empresa con experiencia y conocimientos para compartir con los alumnos.

 

Con el tiempo y debido a diversas circunstancias: (i) la aparición de las Escuelas Industriales que impartían distintos grados desde maestría, peritaje hasta ingeniería, en función de la formación básica que tenía el alumno y (ii) la necesidad de las empresas de reducir costes, ya que se podía obtener personal con formación adecuada, aunque con poca o ninguna experiencia; las empresas decidieron cerrar los centros de aprendizaje.

 

Con el rápido desarrollo de la sociedad ocurrió un nuevo efecto que descompensó la formación profesional, la mayoría de las personas que acababan la formación básica (incluyendo bachilleres) se interesaron más por carreras universitarias, grados medios o superiores, que además se especializaron en múltiples ramas, dejando en minoría la formación profesional.

 

Según la encuesta de población activa de 2021 (EPA) dentro del grupo de edad entre 25 y 29 años, el 50,2% han alcanzado el nivel de enseñanza superior.

 

Si comparamos la formación profesional en sus distintos grados (básico, medio y superior) con la formación universitaria (grado, másteres y doctorados), en el curso 2022-23 el número de alumnos de F.P. ha sido de 1.090.300 mientras que la F.U ha sido de 1.722.247. Es decir, seguimos en una cultura basada en cuanto mayor formación universitaria, mejor, sin tener en cuenta la demanda del mercado empresarial.

 

Si a ello añadimos que la demanda de los estudiantes de F.P. no coincide con la oferta de necesidades laborales, nos encontramos con un nuevo efecto dañino.

 

Hay ejemplos claros de alta inserción laboral, pero de baja demanda por parte de los estudiantes de F.P., como destacados: carpintería y muebles, redes de tratamiento de aguas, servicios de restauración, etc.

 

El efecto actual de todo lo comentado anteriormente es la gran dificultad que existe hoy en día para encontrar personal especializado en profesiones con formación básica: carpinteros, ebanistas, lampistas, soldadores, torneros, etc.

 

En realidad, tanto la pyme como la mediana y gran empresa tienen dificultades para encontrar personal con la preparación y experiencia en estos menesteres, de hecho, algunas empresas han contratado personal de otros países donde no se han dado estas circunstancias.

 

En otro sector, el de los servicios, el problema es similar o peor, me refiero sobre todo al sector de la hostelería, mientras que tenemos un elenco de buenos cocineros, en algunos de los restaurantes nos encontramos con un servicio en general poco profesional, que no ha tenido la formación o aprendizaje adecuado.

 

Soluciones:

 

La primera es relanzar las escuelas de formación profesional dándoles los medios y el estatus que merecen, modernizando también la formación con herramientas de aprendizaje.

 

Por ejemplo, se podrían introducir simuladores de negocio en los ciclos formativos de grado medio y superior de administración y gestión, comercio y marketing u hostelería y turismo. De esta forma, herramientas que se utilizan en las universidades con gran acogida por parte de los alumnos también formarían parte de los ciclos formativos.

 

Donde surgen las vocaciones es en la escuela secundaria, se debería efectuar divulgación sobre el tipo de profesiones y su realidad en el mercado de trabajo, para que los alumnos puedan decidir la opción que más les interese.

 

En definitiva, habría que efectuar un cambio drástico que reflejase que el número de plazas en F.P está en consonancia con las necesidades laborales de las empresas a medio y largo plazo. Para ello es necesario implicar tanto a la Administración como a las entidades que representan al sector empresarial tanto de grandes, medianas y pequeñas, siendo estas últimas mayoría en nuestro país.

 

Carlos Palet Duran

Socio de Wintowinpartners.