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Telegram tampoco es para Vox

Escrito por Redacción TNI el 26/01/2021 a las 15:30:30
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Los ataques de la extrema derecha a las grandes plataformas tecnológicas vienen siendo frecuentes en los últimos tiempos. Pese a que partidos como Vox se han beneficiado en extremo de esos modos de comunicación sin los cuales actualmente no estaría con una cincuentena de escaños en el Congreso, es deporte recurrente en formaciones como la de Abascal criticar a Facebook, Twitter o Instagram por, dicen, censurarlos.

 

A principio del año pasado, antes de que llegara la pandemia, la red social del pájaro decidió bloquear de forma temporal la cuenta del partido verde por incitar al odio con sus comentarios. Automáticamente la formación orquestó una campaña de crítica a Twitter e instó a todos sus afines a mudarse a Telegram. Según los de Abascal la plataforma de origen ruso, a diferencia de Twitter, no censuraba los contenidos. Lo cierto es que la estrategia funcionó a las mil maravillas, pues hoy día Vox tiene 430.000 usuarios en Telegram, 20.000 más que entonces, y es el primer partido español en Telegram.

 

Con todo, el enamoramiento entre la formación verde y la red social puede terminarse si tenemos en cuenta las últimas declaraciones del fundador de Telegram, Pavel Durov. Los tiempos han cambiado y tras el bloqueo de Facebook de Donald Trump por instigar el asalto al Congreso de los Estados Unidos, las plataformas han cambiado su modo de ver la censura. Así, el mismo Durov en una publicación ha señalado que quiere una red que acoja el debate “pacífico y la protesta”. Al mismo tiempo Telegram ya ha empezado su propia purga de contenidos que incitan la violencia y ha cerrado conversaciones en Estados Unidos que la enaltecía.

 

De este modo, Telegram como han hecho otras redes sociales se ha apuntado a la nueva tendencia: censurar contenidos. El filósofo Karl Popper aseguraba en su paradoja que combatir la intolerancia con mayor libertad, acaba dando la victoria a los intolerantes. Si bien hay ejemplos que lo demuestran, parece cierto que las medidas liberticidas empleadas por Facebook, Twitter y ahora Telegram, con un periodo previo de dar manga ancha a la extrema derecha, pueden llegar a fortalecer la intolerancia.