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Presente y futuro: ¿Hacia dónde nos lleva la IA?

Escrito por Miguel Montero de Quadras el 09/11/2021 a las 18:24:32
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(CEO y fundador de Atomian)

Miguel Montero de Quadras, CEO y fundador de Atomian.

 

Echando una mirada al futuro existen muchos debates por abordar alrededor de la inteligencia artificial, no sólo de índole ética sino también social y económica.

 

Seguramente sea preciso definir en sentido amplio qué es la inteligencia artificial entendida como disciplina. Cuando el término fue acuñado, los pioneros del campo hablaban de construir inteligencias artificiales y no fue hasta algo más tarde cuando el término “inteligencia artificial” empezó a denominar un campo amplio y heterogéneo de actividades, principalmente de desarrollo de software. Hoy podemos utilizar, sin temor a ser inexactos, ese mismo término para definir cualquier innovación algorítmica.

 

Así pues, tenemos algoritmos cada vez más eficientes, más rápidos, que saben hacer más cosas, y también tenemos más datos, muchísimos más datos que nunca. Seguimos aprendiendo cómo tratar esos datos y hay empresas que ya basan sus modelos de negocio más en la explotación de los datos resultantes, que en la actividad en sí misma.

 

Irrupción de la Inteligencia Artificial en nuestra vida cotidiana

 

Hoy la inteligencia artificial está presente, en mayor o menor medida, en gran parte de nuestras actividades diarias y no parece que este camino tenga vuelta atrás.

 

Las empresas están acelerando sus procesos gracias a la automatización de tareas en las que interviene de algún u otro modo la inteligencia artificial. Los procesos documentales son, sin duda, uno de los casos de mayor éxito empresarial. Ya hace décadas que los ordenadores disponen de sistemas de reconocimiento óptico de caracteres que les permiten digitalizar un documento escaneado. Ahora, los más recientes avances permiten además extraer los datos clave de los documentos involucrados en procesos repetitivos consiguiendo así una completa automatización. La industria lleva años incorporando cámaras con capacidad de detección de anomalías visuales con mayor precisión que el ojo humano. Las empresas de consumo incorporan inteligencia artificial a sus servicios de atención al cliente, recortando costes de forma drástica. La empresa, en definitiva, corre grandes riesgos de pérdida de competitividad si no incorpora ningún elemento de inteligencia artificial.

 

Sin duda alguna, en el futuro, la inteligencia artificial seguirá avanzando como disciplina de innovación. Aprenderemos a hacer que los ordenadores cada vez hagan tareas de mayor valor, cada vez más rápido y con mayor fiabilidad. Tareas hasta ahora reservadas a personas serán progresivamente asumidas por ordenadores, lo que nos lleva al primer gran debate para economistas, políticos y, quizá, filósofos. No se trata tanto de discernir cuál es el futuro de la inteligencia artificial, sino de cuál es el futuro de la humanidad en relación a ella, una humanidad cada vez más desligada del factor trabajo para la producción de bienes y servicios.

 

La importancia de un uso ético de la Inteligencia Artificial

 

Estamos poniendo las primeras piedras de un futuro radicalmente distinto para las personas, así que la comunidad en su conjunto tiene que continuar y profundizar en un debate ya muy presente en círculos académicos y empresariales, el de la ética de la inteligencia artificial.

 

Los recientes desarrollos en armas autónomas y sistemas de espionaje por satélite son tan inteligencia artificial como los robots que practican cirugía de alta precisión, pero dibujan futuros radicalmente distintos. Las cámaras de reconocimiento facial en entornos no controlados (como en la calle) pueden dotar a los sistemas policiales de una herramienta poderosísima al servicio de la seguridad ciudadana, pero que también recortará privacidad a los ciudadanos de una forma que, además, puede prestarse a usos ilegítimos.

 

La lista de casos de uso es francamente larga y, como en todos los retos tecnológicos que la humanidad ha superado, no hay que dejar que las cosas pasen solas, es necesario un espíritu crítico, autoexigente e inquisitivo, pero no tenemos que albergar la menor duda de que las profundas transformaciones sociales que vendrán de la mano de la inteligencia artificial resultarán en un mayor nivel de bienestar, salud y equidad.

 

Si de forma implícita estamos debatiendo sobre los deberes de la inteligencia artificial, con toda seguridad que en paralelo empezaremos a hablar de sus derechos, aunque este es un debate que de momento sólo ha abordado la ciencia ficción.

 

Algunos autores clasifican las inteligencias artificiales presentes y futuras en tres grandes grupos: por debajo de humanas, humanas y sobrehumanas. Asumamos que la inteligencia artificial podrá hacer todo lo que imaginamos y abordemos con entusiasmo el debate sobre el futuro que deseamos para nuestros hijos y nietos. Cada transformación tecnológica ha supuesto un reto colectivo para la Humanidad, pero cada vez sin excepción hemos conseguido avances en términos netos.