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Consultoría para start-ups: lecciones aprendidas

Escrito por Agustí Argelich el 10/10/2023 a las 14:39:54
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(Director de Argelich Ingenieros)

Pese a acumular más de 30 años en consultoría, se siguen presentando nuevas oportunidades y posibilidades de evolucionar y asumir nuevos retos, y por tanto de continuar aprendiendo. En los últimos daños se ha dado un fenómeno de emprendimiento interesante en el sector telecom que voy a comentar y que me permitió adentrarme, como consultor-mentor, en el mundo de las start-up, especialmente de infraestructuras digitales y de e-health.

 

Aprovecho la invitación del director de Tecnonews para compartir las lecciones aprendidas en este campo.

 

Los cambios sufridos por el sector telecom han provocado prematuras jubilaciones o pérdidas de empleo de excelentes profesionales en plena forma física e intelectual. A los 52 años se está en el mejor momento vital y es un error garrafal pretender sacar de circulación a etas personas.  Pero sigue sucediendo.

 

Algunos de ellos han optado por emprender y lo primero que hay que decir es que merecen toda nuestra admiración y apoyo. Cito al filósofo romano, nacido en Córdova, Seneca: “Admira a quien lo intenta, aunque fracase”. Por cierto, Seneca era un estoico, corriente que parece que vuelve a estar en boga.

 

Dicho esto, de forma esquemática, resumo algunas de las reflexiones que ahora planteo a quienes contemplan iniciar un proyecto de emprendimiento y se acercan a mi despacho.

 

  • Aunque uno se piense que tiene una idea que va a cambiar el mundo, recordar que es el mundo, los clientes, los que deben creer en ese producto o servicio y comprarlo. No sirve de nada tener la mejor solución y que nadie la adquiera. Dar a conocer una nueva solución es muy laborioso y caro. Hay que contemplar un generoso presupuesto para marketing.
  • Sobre los socios: en demasiados casos se empieza siendo amigos, se pasa a amigos y socios, se continúa siendo socios y al final no se es ni amigo ni socio. Hay que adelantarse a los potenciales desencuentros y establecer la reglas que regirán la relación entre los socios con un acuerdo por escrito que garantice la gobernanza de la sociedad y la toma de decisiones. Los intereses de los socios, siendo todos ellos muy legítimos, pueden en un momento dado, divergir. Cada uno tiene sus circunstancias.
  • Para levantar un proyecto hace falta mucho más tiempo del que se piensa y sobre todo mucho más dinero del que se cree.
  • Tanto da lo que se crea en el proyecto o lo seguro que se esté de conseguir el éxito, nunca debe invertirse en una start-up los bienes raíces que se precisan para vivir. Nunca debe hipotecarse la propia vivienda e invertir el dinero en capital de la sociedad emprendedora. Tampoco deben otorgarse avales personales sobre los créditos. Estas garantías pueden devenir una carga absolutamente inaguantable y desestabilizan hasta provocar un desmoronamiento.
  • Para emprender es imprescindible el apoyo del cónyuge. Como muy bien decía Ortega y Gasset, repito, uno es uno y sus circunstancias.
  • El trabajo debe ser remunerado desde el primer instante. Los socios o fundadores de la start-up deben recibir un salario digno desde ese primer momento. No solo porque el trabajador es merecedor de un salario como dice el evangelio si no porqué sino estamos regalando esas horas a los futuros inversores. Todos los gastos y todas las aportaciones deben de estar perfectamente reflejadas en la contabilidad.
  • Para buscar dinero, inversores, hace falta dinero, además de un buen plan de negocio, presentado de forma impactante.
  • Hay que demostrar la viabilidad del proyecto lo antes posible, es decir, ventas cuanto antes mejor. No importa que no sea el producto perfecto y que pueda mejorase, mucho, lo importante es que se venda. Ya habrá tiempo para la segunda versión y sucesivas.
  • Los inversores no son angelitos, son fríos, distantes, buscan rentabilidad y punto. Si entre los socios fundadores es básico el acuerdo de socios, ya no digamos con inversores capitalistas. Estamos en un sistema capitalista, el que pone la mayoría del capital es el que manda.
  • Por desgracia, los representantes de los inversores valoran muy poco, muy injustamente, el trabajo previo llevado a cabo por los emprendedores, la idea de negocio o las patentes. Solo buscan su propio interés, aunque disimulen. Se negocia con ejecutivos que también tienen que dar explicaciones de lo que hacen y que nunca se saltan uno de los requisitos que les han establecido. Describo lo que hay sin anestesia
  • En España las start-ups piden poco dinero y los inversores ponen poco dinero y por tanto siempre termina faltando dinero y hay que estar está permanentemente buscando más, lo que resta muchas energías y genera muchas tensiones. No debería iniciarse un proyecto de emprendimiento sin dinero suficiente para alcanzar el objetivo de poner en el mercado el producto o servicio.
  • No hay que tener vergüenza para pedir suficiente dinero, es más en el extranjero, como se pida poco se desprecia el proyecto porque saben que para sacar adelante una nueva empresa hace falta además de ilusión, esfuerzo, tenacidad, creatividad, conocimiento, intuición, suerte y unos cuantos millones.  

 

Decía Steve Jobs que solo cambian el mundo aquellos que están suficientemente locos para creerse que lo pueden cambiar, pero añado, deben hacerlo además sin arruinarse, ni perder amistades y relaciones, ni enfermar por ello. Reitero mi más profunda admiración a los emprendedores, pero prepárense y entrénense para enfrentarse a un ecosistema hostil.