La política que ha venido con las Nuevas Tecnologías nos ha llevado donde estamos en España y CatalunyaEscrito por Tecnonews el 10/10/2017 a las 18:04:353139
España, Catalunya, como quiera llamársele al territorio de quien se sienta aludido hoy, está en un momento clave de su historia. La culpa de todo la tiene los humanos por sus pasiones viscerales y la tiene también la falta de entendimiento entre los máximos representantes de esos humanos, los llamados políticos. Unos dirán que han sido unos y los otros que han sido los otros quienes han empezado toda esta “batalla”, sin embargo, y como ya viene siendo tradición en esta sección de Tecnonews, a nosotros lo que nos importa no es la ideología (al menos no ahora) sino ver la relación que tiene la actualidad con la tecnología, es decir cómo han afectado los cambios tecnológicos a nuestro mundo y a las disputas con las que lidiamos ahora.
Es por este motivo que en esta editorial nos proponemos analizar como la cultura de los nuevos medios de comunicación ha sido pieza fundamental -que no única- para que se llegara a la situación a la que hemos llegado. Un breve apunte: estamos escribiendo esto cuando aún no se sabe si Carles Puigdemont declarará o no la República catalana en el Parlament.
Hablemos de lo fundamental en política: la dialéctica. Parece que desde que llegasen las redes sociales a nuestras vidas, la discusión ha cambiado radicalmente de forma. Antes, alguien que quisiera informarse tenía dos opciones: ir al quiosco para comprar su diario o encender la televisión o la radio para ver o escuchar las noticias. Con todo, era fácil encontrarse con opiniones que no fueran la propia. Un señor amante del ABC tenía que lidiar en el quiosco con una señora que comprase Público. Al abrir la televisión las opciones de telenoticias eran tan pocas que, aun no queriendo, nos enterábamos de puntos de vista distintos al nuestro.
Actualmente la cosa es muy distinta. El llamado efecto túnel o efecto burbuja hace que nos informemos solo a partir de medios que nos son afines ideológicamente. Nos pasamos el día reafirmando nuestras ideas políticas porque la mayoría de las cuentas de Twitter o Facebook que seguimos son afines a nuestras ideas. En Whatsapp tenemos a familiares y amigos que por norma piensan como nosotros. En los altos mandos de la política parece suceder lo mismo: los mandatarios viven en un efecto túnel y solo gobiernan para los que piensan como ellos mismos.
Pero hay una derivada más de las nuevas tecnologías que nos puede ayudar a entender el enfrentamiento que hoy se vive: la dialéctica del tuit. Los 140 caracteres tienen la virtud de hacer del mundo un lugar más rápidamente entendible. Pese a esto, la política, los discursos políticos -que como han demostrado Trump y Obama ahora funciona mejor en cuentas de Twitter que en los lugares diseñados para llevar a cabo esta actividad- carece cada vez más de matices. La cuestión es lanzar la piedra más pesada que consiga tener más tuits. “España ens roba” un tuit perfecto. “Puigdemont acabará como Companys” una artimaña ideal para conseguir millones de retuits en la cabeza de los votantes propios.
Obviamente que las redes sociales han llevado consigo avances democráticos considerables. Millones de voces que antes no tenía más que un simple voto, hoy tienen una plataforma perfecta para expresarse libremente. De todos modos, las redes también han condicionado un debate político que actualmente carece de pluralidad y se basa en sentencias lapidarias fácilmente recordables para los votantes. |