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Tras los pasos de Kroes

Escrito por Pau Puig el 19/01/2011 a las 00:11:09
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(Ingeniero de Telecomunicación)

La Vicepresidenta de la Comisión Europea, Neelie Kroes, es la abanderada de la estrategia Agenda Digital para Europa (ADE). Dicha iniciativa pretende impulsar las políticas y acciones necesarias para, en un futuro próximo, convertir la sociedad de la información en un puntal de la economía europea. Para lograrlo colaborará con gobiernos estatales, con organizaciones públicas y con compañías privadas del sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Por lo tanto, se trata de una estrategia global que afectará a distintos agentes de la sociedad.
La Vicepresidenta Kroes, que también ostenta el cargo de Comisaria para la Agenda Digital para Europa (anteriormente llamado Comisaria para la Sociedad de la Información y los Medios de Comunicación), ha identificado siete acciones prioritarias para lograr este ambicioso objetivo antes del año 2020.

 

En primer lugar, quiere impulsar la creación de un Mercado Único digital en Europa que permita mayores economías de escala. Se ha demostrado en otros escenarios que la existencia de economías de escala en el mercado interior facilita la obtención de retornos de inversión beneficiosos. Los Estados Unidos de América son un clásico caso de éxito en este campo; cojamos perspectiva histórica para entender algunas claves de su modelo. Su constitución como república federal en el siglo XVIII propició una temprana centralización de la autoridad pública. Esta dinámica de concentración de poder ha facilitado la homogeneidad legislativa y reguladora a lo ancho del territorio. Como resultado, hoy en día las empresas estadounidenses tienen relativamente pocas trabas para hacer propuestas comerciales a los 310 millones de habitantes del país. Esto es debido a que en EEUU los proveedores de productos y servicios comparten con sus clientes potenciales los mismos esquemas comerciales, los mismos estándares técnicos, unas redes de infraestructuras interconectadas, buena parte del marco legal, cierta tradición cultural común y la misma lengua. Evidentemente ni la homogeneidad es absoluta ni todas las iniciativas empresariales de EEUU tienen como público objetivo los 310 millones de habitantes; pero el punto de partida es muy favorable. Especialmente para las empresas dedicadas a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, puesto que ofrecen productos y servicios de gran transversalidad social.
 

 

Hagamos ahora la comparación con el caso europeo. La Unión Europea empezó a forjarse tras la Segunda Guerra Mundial, a mediados del siglo XX. Su creación es más reciente y sus Estados Miembros, quizás por su mayor entidad histórica, son más reticentes a ceder cuota de poder en favor de organismos centralizados. Como consecuencia los procesos de homogeneización tienen un ritmo más lento. Según el centro de estudios estadísticos continental, el Eurostat, en la Europa de los 27 países viven hoy 501 millones de personas; un 61% más que en EEUU. Sin embargo, el poder adquisitivo medio de un estadounidense es un 47% mayor que el de un europeo. En resumen, y sin perder de vista las diferencias existentes entre ambos casos, bajo la hipótesis de un mercado europeo digital único efectivo en la actualidad, el potencial de consumo global del mercado interior de la UE sería equiparable al de EEUU.

 

Ahora bien, aunque mañana mismo se diera la coyuntura adecuada de voluntades políticas nacionales que permitiera plantear servicios digitales paneuropeos, éstos no podrían empezar a comercializarse de inmediato. Antes sería necesario mejorar la compatibilidad técnica interestatal para hacer factible la venta de un mismo producto en todos los países de la Unión con los mínimos requisitos de adaptación posibles. Por ello el segundo paso programado por la Comisaria Kroes es lograr una mayor interoperabilidad y estandardización. De hecho, ya existen varias organizaciones que trabajan para la harmonización técnica tanto a nivel europeo (CENELEC , ETSI) como mundial (ISO, ITU) y son muchos los esfuerzos dedicados a este fin, ya que sus consecuencias son sin duda beneficiosas.
Aun así, cuando se hace referencia al mercado de contenidos en soporte digital no hay que olvidar que la variedad idiomática del continente europeo fragmenta su mercado interior. Este asunto se escapa al alcance de la Agenda Digital para Europa, pero tarde o temprano deberá abordarse. Puede que sea necesario adoptar un enfoque multidisciplinar que contemple tanto la sistematización del acceso a traducciones como el encuentro de un mínimo común denominador en las competencias lingüísticas de los ciudadanos de la UE.

 

Manteniendo el foco de atención sobre el mercado de contenidos en soporte digital, fijémonos en los requisitos que el consumo de productos audiovisuales exige a las infraestructuras de acceso. En los últimos años ha habido un claro aumento del porcentaje de tráfico de datos dedicado a vídeo, videojuegos y aplicaciones que requieren un ancho de banda generoso. Para dar respuesta a esta tendencia se ha definido como tercera acción prioritaria el aumento del acceso de los europeos a la Internet rápida y ultrarrápida. Se pretende que todos los ciudadanos puedan disponer de una velocidad de Internet mínima de 30Mbps. Del mismo modo, se persigue que la mitad de los hogares estén abonados a Internet con conexiones iguales o superiores a 100Mbps. Remitiéndonos a las estadísticas actuales, únicamente el 1% de los europeos tiene acceso a Internet por fibra óptica, frente el 12% de los japoneses o al 15% de los coreanos del sur. Para remediarlo, se ofrecerán incentivos para fomentar la inversión en el despliegue de redes fibra.

 

El objetivo de la ADE de generalizar la implantación de servicios digitales paneuropeos es tan ambicioso como complejo. Paralelamente a la solución de los impedimentos administrativos, técnicos y de acceso hay que acercar dichos servicios a sus potenciales consumidores, algunos de los cuales tienen poca confianza respecto a la seguridad en la red. La reticencia de los usuarios tiene su fundamento en la creciente proliferación de delitos informáticos desde la popularización de Internet. Uno de los más corrientes es el acceso fraudulento a datos confidenciales o phishing. Buena prueba de ello es que el Anti-Phising Working Group, formado por empresas dedicadas a la seguridad en Internet, recibe del orden de 1.000 denuncias diarias. Se trata de un dato global, luego la cifra podría parecer poco preocupante. No obstante, si se tiene en cuenta que el 75% de los casos están relacionados con la industria financiera y los sistemas de pago, se entiende que las pérdidas provocadas por estos delitos en 2007 ascendieran sólo en EEUU a €2.300 millones. De ahí que el cuarto punto de la ADE sea promover la seguridad y la confianza en Internet. Para ello, se fortalecerá el rol de la institución encargada de dar respuestas rápidas a los ciber-ataques (Agencia Europea de Seguridad de las Redes y de la Información o ENISA). Por otro lado, se habilitarán sistemas de comunicación a través de los cuales los ciudadanos podrán denunciar contenidos ilegales en la red.
 

 

Estas medidas dan continuidad a la reforma de las telecomunicaciones aprobada el diciembre pasado por la antecesora de Kroes en el cargo de Comisaria de la Sociedad de la Información: Viviane Reding. El conjunto de las mentadas reformas, conocido como paquete telecom, obliga a los proveedores de servicios de Internet a notificar cualquier brecha en la seguridad de sus bases de datos; deben ser informados tanto los clientes como las autoridades pertinentes.

 

Así pues, queda claro que los proveedores de servicios tienen la obligación de mantener a salvo los datos de sus clientes y de notificar cualquier evento que ponga en riesgo la opacidad de la base de datos relativa a sus clientes. Sin embargo, la brecha en el sistema de seguridad también puede darse en el lado del cliente. No en vano la ingeniería social, una modalidad de phishing, aprovecha un bajo nivel de atención o una limitada formación digital de un individuo para sonsacarle información confidencial. Todo ciudadano debería ser capaz de usar su identidad digital para beneficiarse de las posibilidades que ofrecen las TIC, así como de minimizar los riesgos que éstas entrañan. Sin embargo, no todo el mundo ha recibido la formación adecuada para ello. Con la finalidad de enmendar la situación actual la quinta acción de la ADE es mejorar la alfabetización, la capacitación y la inclusión digitales. El 30% por ciento de los europeos no se han conectado nunca a Internet. Estas personas mayoritariamente pertenecen a alguno de los siguientes grupos: gente de más de 65 años, desempleados, de nivel cultural bajo y/o de renta baja. Algunos necesitarían adquirir unas competencias digitales complejas para desarrollarse en el ámbito laboral, pero para muchos otros sería suficiente adquirir ciertas nociones prácticas básicas que les permitieran participar de la sociedad de la información. Con tal de conseguir más recursos para este fin, Neelie Kroes propone que ésta sea una de las prioridades del Fondo Social Europeo.

 

Esta propuesta nace del convencimiento que las TIC permitirán afrontar nuevos retos de la sociedad, lo cual es el sexto hito en el camino de Kroes. Hay que admitir que algunos de estos retos globales tienen una relación poco directa con las TIC. Si nos fijamos en el problema del cambio climático, la contribución del sector no puede ir mucho más allá de reducir el consumo energético y hacer públicos los datos sobre sus emisiones de gases invernadero, con la esperanza que el ejemplo cunda entre otros sectores de más intensidad energética. En cambio, las TIC sí que pueden ser de ayuda para afrentar el envejecimiento de la población. Por ejemplo, se prevé que la aplicación de la tecnología digital a los sistemas de atención médica permita acceder a los historiales de los pacientes desde cualquier país de la Unión. Lo cual será de gran utilidad teniendo en cuenta la creciente movilidad de nuestra cada vez más numerosa tercera edad.

 

Hemos visto que las nuevas tecnologías pueden ser herramientas útiles para abordar algunos nuevos retos sociales. Pero muchos de estos retos tienen sus raíces en problemas estructurales que son irreversibles a medio plazo; por lo que será difícil invertir su tendencia ascendente. Además, hay que tener en cuenta que las herramientas actuales serán insuficiente para afrontar algunos problemas de naturaleza creciente: será necesario hallar soluciones de potencial igualmente creciente. Por ello el séptimo objetivo de la Agenda Digital para Europa es aumentar la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D). Los datos son reveladores: en el período 2002-2007 los EEUU invirtieron un 146% más que la UE en Investigación y Desarrollo sobre TIC. La Comisión Europea, quizás con la aspiración de competir con otras potencias mundiales que invierten mucho más en I+D, pone un gran énfasis en la obtención de resultados a corto y medio plazo. La Dirección General para la Sociedad de la Información y los Medios de Comunicación (DG INFSO) de la Comisión Europea, bajo la dirección de Kroes, articula una estrategia de I+D que tiene como finalidad principal crear nuevos productos y servicios que lleguen al mercado. Para ello, los proyectos de I+D de la DG INFSO son llevados a cabo por grupos de trabajo mixtos formados tanto por investigadores del estamento universitario como del sector empresarial. Los primeros participan con su enfoque científico, mientras que los segundos aportan el conocimiento del mercado. Por su lado, la Comisión Europea se encarga de definir el programa marco y de la financiar los proyectos. La supervisión técnica va a cargo de expertos independientes y la administrativa a cargo de la Comisión.
 

 

Para dar un nuevo empuje al I+D en tecnología, la Comisaria Kroes, además de apostar por el aumento de la correspondiente partida presupuestaria de la UE, quiere potenciar la contribución económica del sector privado. Al fin y al cabo, las empresas inversoras podrán beneficiarse, bajo ciertas condiciones, de la explotación comercial de los productos obtenidos gracias a estos proyectos.

 

En definitiva, Neelie Kroes quiere liderar la UE hacia una posición puntera dentro de la sociedad de la información y ha planificado detalladamente cómo hacerlo. Cree que el cumplimiento de los siete pasos identificados en la Agenda Digital para Europa en el plazo fijado de 10 años ayudará al continente a superar las dificultades presentes y a abordar los retos futuros.
 

 

Cabe esperar que esté en lo cierto. Pero sobretodo cabe esperar que las medidas que se adopten para llevar a cabo cada acción sean efectivas; así tendremos la oportunidad de comprobar por nosotros mismos si el camino trazado era certero.

 

Pau Puig

 

Enlaces:

 


Agenda Digital para Europa: http://europa.eu/rapid/pressReleasesAction.do?reference=MEMO/10/200&format=HTML&aged=0&language=ES&guiLanguage=en
Poder adquisitivo: http://epp.eurostat.ec.europa.eu/tgm/table.do?tab=table&plugin=1&language=en&pcode=tsieb010
Población EEUU: http://www.census.gov/
Población UE: http://epp.eurostat.ec.europa.eu/tgm/table.do?tab=table&init=1&language=en&pcode=tps00001&plugin=1
Paquete Telecom: http://europa.eu/rapid/pressReleasesAction.do?reference=MEMO/09/568&format=HTML&aged=0&language=EN&guiLanguage=en
Anti-Phising Working Group: http://www.antiphishing.org/
Pérdidas phishing 2007 en EEUU: http://www.gartner.com/it/page.jsp?id=565125
Inversión I+D en TIC: http://europa.eu/rapid/pressReleasesAction.do?reference=MEMO/10/188&format=HTML&aged=0&language=EN&guiLanguage=en