Talento e innovación empresarialEscrito por Jordi Àngel Jauset el 28/10/2014 a las 20:52:043170
(Profesor e investigador. Gestión de la calidad e innovación docente) En mi último libro reflejaba una experiencia personal, en el ámbito empresarial, que transcribo a continuación:
"Aún recuerdo las caras de sorpresa de mis compañeros durante una reunión del comité de dirección, en la empresa que trabajaba hace aproximadamente diez años, cuando propuse que se destinara parte del presupuesto de inversión a un espacio de ocio donde los empleados pudieran ejercitarse físicamente, descansar, jugar a ping-pong, practicar en la elíptica, en la bicicleta estática, ...Mi argumento pretendía destacar los beneficios que por experiencia personal experimentaba, tanto a nivel físico como psíquico. Cualquier trabajo, más aún si es sedentario, requiere el complemento de un determinado ejercicio físico pues reporta claros beneficios en el bienestar físico y mental que, obviamente se traduce en un mejor rendimiento en las tareas laborales. Desgraciadamente, entonces (no sé ahora) no había la suficiente consciencia ni, quizás, el conocimiento necesario sobre la conveniencia de tomar estas decisiones. Desgraciadamente mi propuesta no se consideró "seria" y se desestimó por una inmensa mayoría. Mientras, pensaba en amigos y compañeros directivos que trabajaban en empresas multinacionales americanas (una de ellas a escasos cientos de metros de la mía) quiénes además de disfrutar de gimnasios y salas con mesas de ping-pong, gozaban de circuitos señalizados de jogging alrededor de la empresa. Además, ésta motivaba a sus empleados para que dedicaran un espacio de tiempo, de su jornada laboral, a ejercitarse. Posiblemente, los beneficios del ejercicio físico que hoy día se conocen y que afectan positivamente a las funciones cognitivas era ya intuido, sino conocido, en las universidades y empresas de países más avanzados que han defendido y primado la práctica del deporte como complemento vital para el desarrollo integral de la persona." (Cerebro y música, una pareja saludable, Editorial Círculo Rojo, 2013)
Si hoy en día queremos incrementar la creatividad y la eficacia de nuestros empleados, no entiendo las políticas de bajos sueldos, amenazas de expedientes de regulación de empleo y otras similares. Es evidente que sin motivación, y la no pérdida del empleo no debe ser la única, difícilmente existe un esfuerzo que ayude a conseguir los objetivos deseados. La conocida frase "el capital humano es el más importante" se ha repetido hasta la saciedad pero hoy en día dejamos que ese capital humano se vaya fuera por la dificultad de la creación de empleo. Durante mi carrera profesional he tenido experiencias, como otros tantos, de trabajar en empresas donde lo único importante era la "ficha" con los horarios de entrada y salida, sin importar la calidad ni la cantidad de trabajo, un fenómeno típico de las empresas públicas con una nefasta o inexistente política de recursos humanos que ha premiado a los espabilados y ha castigado o desmotivado a los más eficaces. ¿Tan difícil es aceptar que si el empleado está a gusto, si tiene incentivos y recursos para acometer correctamente su trabajo, su rendimiento será superior? Volviendo al planteamiento inicial si, actualmente, en base al conocimiento científico actual se recomienda la práctica del ejercicio físico diaria para preservar e incrementar las funciones cognitivas así como la creatividad, ¿por qué no invertir en ello y facilitar que el empleado disponga de ese espacio de tiempo, incluso en la propia empresa, ya que ésta va a ser la primera beneficiada? Si recordamos la famosa frase del poeta romano Juvenal "Mens sana in corpore sano" quizás nos demos cuenta de que estamos perdiendo el sentido común, que según dicen -y con cierta razón- es el menos común de los sentidos.
Jordi A. Jauset Berrocal Ingeniero de Telecomunicación Doctor en comunicación Máster en Psicobiología y neurociencia cognitiva |