Reflexiones sobre una pandemiaEscrito por Carles Martin Badell el 02/06/2020 a las 22:52:109701
(Director Tecnonews) Me gustaría pediros de nuevo desde aquí, de la misma manera que os pedimos al inicio de la pandemia, que es lo que creéis que nos espera en el futuro. ¿Hemos modificado nuestros comportamientos o lo haremos en el futuro? ¿Hemos mejorado?
Lo que nos ha pasado en estos tres últimos meses es desde luego, una de las cosas más desconcertantes, sorprendentes e impactantes que nunca hubiéramos podido imaginar una generación que no hemos vivido ninguna guerra y que los grandes conflictos han pasado siempre a miles de kilómetros de nuestra casa, Europa. Resumir tres meses de pandemia y las consecuencias que tendrá, en un pequeño escrito de 600 palabras nos parece de una superficialidad absoluta, por tanto, solo podremos describir algunos aspectos y ya iremos profundizando más adelante.
La enfermedad se nos ha llevado a muchos de nuestros mayores – y algunos no tan mayores-. Casi todos conocemos a alguien que nos ha dejado. Los mas afectados por esta maldita enfermedad han sido los abuelos y abuelas pero también gente no tan mayor. Una pena.
Los efectos secundarios para los afectados que han pasado por los hospitales aun están por ver. Los económicos también están por ver. ¿Cuántas empresas tendrán que cerrar?, ¿Cómo se recuperarán los puestos de trabajo perdidos? ¿Cómo devolveremos los préstamos a Europa? Y, por último, las consecuencias sociales derivadas de los efectos económicos.
Desde el punto de vista tecnológico y empresarial hemos aprendido también a teletrabajar y a utilizar herramientas para videoconferencias. Hemos descubierto herramientas como Zoom, Teams, Webex y muchas mas que nos han permitido conectarnos con la familia, hacer reuniones de trabajo, asistir a conferencias tan o más multitudinarias que a las que solíamos asistir de la forma presencial. Siempre habíamos hablado que eso era el futuro, después de tres meses hemos visto que es posible. Hemos descubierto también las malas conexiones y los usurpadores de wifi que tenemos cerca de casa.
El silencio de la ciudad es otro gran descubrimiento, aunque haya sido temporal. El tañido de las campanas de las iglesias, el conto de las tórtolas, las urracas y, según he mirado en internet las lavanderas blancas, además de las clásicas palomas y gaviotas clásicas y todo esto en medio del ensanche de Barcelona.
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