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Merkel, Universidad y la Catalunya europea

Escrito por Albert Saenz el 23/03/2011 a las 00:15:23
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(Ingeniero de Telecomunicación)

Ha habido mucha tinta impresa refiriéndose al reclamo de la Merkel para los ingenieros españoles. Recomiendo una rápida lectura del artículo del decano y presidente del “Colegio de Ingenieros de Telecomunicación”

(http://www.expansion.com/2011/02/01/opinion/tribunas/1296593126.html).

A parte del típico corporativismo que rezuma cualquier comentario que pueda hacer un colegio profesional, hay muchos aspectos que, aún por su obviedad, no dejan de ser sistemáticos desde la perspectiva española. En particular los siguientes:

 

1.         “La industria alemana, la primera en Europa, considera que nuestro país es uno de los mejores candidatos, dada la excelencia de nuestros ingenieros y su elevado paro.”

¿Excelencia? ¿Elevado paro?... Parece una incongruencia, ¿no?

 

2.        “La tradición industrial Alemana hace que sea mucho mayor el número de estudiantes que terminen por acceder a una formación equiparable a la FP española que los que cursan formación superior y esto supone un handicap cuando el objetivo es el crecimiento basado en la innovación,  que solo se puede llevar a cabo por los ingenieros.”

 

Ahora resulta que formamos aquí mejor que a nadie y que somos la salvación del país locomotor de Europa con más tradición tecnológica (utilizar cualquier navegador de Internet buscando cualquier tipo de “tecnología” en Europa para comprobarlo). ¡Parecen muy desproporcionadas tales afirmaciones y hay que ponerlas en tela de juicio viendo su procedencia! Pero si que es cierto que tienen un contenido que nos puede hacer reflexionar en cuanto a “la posible vitalidad” de nuestra industria futura.

 

Además, la tan aclamada y utilizada palabra INNOVACIÓN puede ser esté de moda desde hace ya demasiados años y ya, a no pocos, nos hace sonreír cuando es puesta en bocas de nuestras entidades políticas, sindicales, empresariales, financieras y corporativas en general.

 

3.       Finalmente apunta que “Desde los colegios profesionales, contemplamos con enorme preocupación tanto las elevadas tasas de subocupación de nuestros ingenieros y su escasa remuneración, como la creciente y lógica pérdida de interés por las ingenierías que implica un descenso de vocaciones.”

 

El artículo también explica, no obstante sin apuntar soluciones, los motivos de este desbarajuste.

 

Desde Catalunya, ya hace dos años que el programa Enginycat (dirigida por Lluís Jofre) trabaja para que los jóvenes catalanes se interesen por las carreras de ingeniería. (Leer también el articulo publicado en Tecnonews: 

 

 

Lluís Jofre menciona "que la investigación y la tecnología serán elementos clave para ayudar a la superación de la crisis ..//.. La previsión para los próximos años es que en nuestro país y en tosa Europa, harán falta más ingenieros. Solo en Catalunya se estima que en el 2020 se necesitarán 15.000 profesionales más que en la actualidad. Nuestra labor es la de incentivar estos estudios para generar los profesionales necesarios."

 

 

Y apunta “que gracias al esfuerzo común ..//.. se ha iniciado un cambio de tendencia después de casi una década de caída sostenida en les matriculaciones.

Concluyendo diciendo que

 

"en definitiva, Enginycat se ha erigido en un elemento para ayudar a nuestro país a superar la crisis."

 

Vemos dos estilos diferentes (a veces antagónicos) de presentar la realidad y esto marca también otro hecho diferencial pero esta vez, muy significativo dada la trascendencia del asunto.

 

De todas formas, no parece que cuadre demasiado que el paro en las ingenierías haya pasado de un 5% a más de un 10% durante esta época de crisis que vivimos de forma tan dramática y encarnizada.

 

En un país con la suficiente autoestima, y al igual que en las empresas, no sale a cuenta formar personal para que cuando rindan a buen nivel, quieran marcharse, incluso, a la competencia (recordar que Alemania exporta tecnología y no turismo ni productos hortofrutícolas).

 

 

Desde la política está claro que se tiene que priorizar. “No hay para todo, ni tampoco para todos”. Si la ciencia y la tecnología son motores para la recuperación generando ocupación, habrá que “favorecer” aquellos sectores en frente de los deficitarios en creación de puestos de trabajo. Esto mismo es totalmente aplicable al “café para todos”.

 

 

Recuerdo el caso que nos pasó el 1993 (cuando Solchaga decía aquello de que España era el mejor sitio para hacerse millonario). Para obtener un crédito del CDTI dedicamos todo el año 1992 y parte del 93 para un proyecto de I+D vital para internacionalizar la empresa. Nos concedieron cerca de 324.000 euros con una financiación de 0% a devolver en 5 años con 2  de carencia. Pero... otra crisis, esta vez la de después de las Olimpíadas del 92 de Barcelona, nos retiraron la ayuda para “favorecer” a las empresas que después de recibir el dinero, cerraban definitivamente.

Es tan importante gestionar bien los recursos que la proximidad se hace fundamental. Es decir, ¡conocer “in situ” la realidad de los matices!

 

 

Que el colegio de ingenieros sea Catalán (aun cuando el de Madrid le interponga una demanda y le cierre nuestro local) y que la gestión en todas las facetas esté hecha desde la Generalitat, puede cambiar la sostenibilidad económica del país. ¡Catalunya podría (y debería) ser un motor si por fin nos damos cuenta! Y no hay mejor momento que cuando “las pintan bastos”.

 

 

En definitiva, hacen falta ideas como la de Enginycat y las llamadas “Autonomías” (ahora en campaña preelectoral) tienen que sentir y ocupar su justo sitio.

 

 

Por nuestros errores, nos hace falta sufrir y esforzarnos, pero ya no vale que sea en cualquier dirección. Este es el reto, ¡no equivocarse más!