Actualizado el 16/04/2024

icon Facebook icon Twiiter icon RSS icon EMAIL
  1. Portada
  2. >
  3. Opiniones
  4. >
  5. LOS PELOS, COMO ESCARPIAS

LOS PELOS, COMO ESCARPIAS

Escrito por JOSEP JOVER I PADRO el 23/09/2009 a las 19:51:06
1621

(Advocat i gestor de conflictes)

A veces, no tenemos conciencia de lo que valen las cosas cuando hablamos y exigimos como "ciudadanos". Normalmente esto nos pasa además, cuando el debate social es interesado y propiciado por grupos mediáticos, sin otro interés, legítimo, por supuesto, que conseguir más audiencia o más lectores al precio que sea. Quizás el ejemplo más paradigmático en nuestra sociedad sea el de la Justicia. Y no quiero referirme ahora a esa plaga bíblica que España sufre de los "jueces estrella", si no a algo tan simple como preguntarnos qué nos cuesta esa Justicia que todos la calificamos, si excepción, de lenta, cara y mala. Esos son los datos que NO NOS DICEN en la apertura del año judicial, lleno de togas, misas y de vestidos de cóctel. Uno, y perdonen la inmodestia ya ha cumplido las bodas de plata ejerciendo como abogado y durante más de diez años ha sido profesor en numeros cursos y promociones en la Escuela de Policía de Catalunya, ... y cada vez que oigo la frase de "cumplimiento íntegro de las penas" o el ahora llevado "cadena perpetua", se me ponen los pelos como escarpias. Realmente, esos que se llenan la boca con esas frases, empezando por los propios aspirantes a policías, ¿han pasado una sola semana detrás de las rejas? ¿saben esos gestores de la desgracia ajena que la sociedad en la que vivimos es de las más pacíficas del mundo?. Y sobretodo ¿saben lo que nos cuesta tener a un señor/ señora en la cárcel?. Este es un país de pequeña delincuencia económica y prácticamente nula delincuencia violenta. Exceptuando la lacra de la violencia doméstica, que ha pasado en 40 años de ser un "derecho de honor" a un delito (y por tanto chirría el sistema, en parte porque ese delito se está desplazando a las comunidades de inmigrantes), hay más crímenes violentos en un sólo día en Washington o Nueva York que en un año en Madrid y Barcelona juntos. Empecemos haciendo cuatro números y escojamos un año que nos quede lejano, como el 2006 El total de presos en las diversas situaciones España según el Instituto Nacional de Estadística era de 64.215 para 40.000.000 de habitantes. Alemania con más de tres veces más de habitantes, 77.166 . En ese penoso ranking europeo, por delante de España, encontramos Polonia con 87.669 Inglaterra y Gales con 79085 y finalmente Turquia con 64588 reconocidos. A fechas de escribir el presente superaremos a fin de año los 86.000 con unos índices de crecimiento alrededor del 8 % anual. Pero la cifra verdaderamente alarmante es la de 160 presos por cada 100.000 habitantes, a la que estamos llegando. Eso son 54 puntos por encima de la media de la UE y 25 puntos por encima de la media mundial. El campeón, cómo no, es Estados Unidos que supera los 200. Dejo para otro artículo el pormenorizar el impacto económico de esa mano de obra ociosa, y fijémonos en cuánto nos cuestan de nuestro bolsillo, los antedichos presos. Háganse una idea del proceso:. A) El Estado o la Comunidad autónoma, en el caso de Catalunya, compra a precio de oro (porque ningún municipio las quiere) unos terrenos para construir una cárcel que se llenará inmediatamente. La construye concienzudamente y la dota de tecnología y servicios (el tema de la imagen de modernidad vende políticamente). Acabada la edificación, ha de contratar funcionarios que controlen los presos, profesionales de las diversas ramas que los asistan (desde psicólogos a maestros, desde administrativos a cocineros). Realmente es una microciudad, que necesita además desde fuera, agua, energía, depuradoras, carreteras de acceso y línea de autobuses para que los familiares puedan visitar los presos. B) A su alrededor, policías que los vigilan controlan y trasladan, cargos técnicos, más funcionarios y cargos de designación a dedo que diseñan y aplican la "política penitenciaria", desde las céntricas sedes del Ministerio de Justicia y las consellerias. C) Y todo no se acabase ahí. Además no son ciudadanos sanos. Más de la tercera parte de los mismos sufren enfermedades de larga trayectoria y costosa medicación. 1 de cada 3 tiene alguna enfermedad mental, 1 de cada 4 sida o hepatitis. Tenemos ya toda una generación de ancianos que su "residencia" es la cárcel. Y para mantenerlos allí pagamos a miles de jueces, decenas de miles de abogados de oficio, decenas de miles de funcionarios que en cientos de edificios y rodeados de servicios y de recursos, los meten, los trasladan y los sacan. Y como que no caben todos en las hacinadas cárceles, se ha de contratar más funcionarios que controlen los presos cuando no están en las cárceles, profesionales de las diversas ramas que los asisitan también. Y a su alrededor, más policías que los vigilan controlan y trasladan, cargos técnicos, más funcionarios y cargos de designación a dedo que diseñan y aplican la "política judicial", al servicio, muchas veces de lo que dicen las portadas de los periódicos. No he querido entrar a valorar económicamente ya, ni siquiera el coste de los policías (Ministerio del Interior) que los buscan y detienen ni cuando los expulsan (Asuntos Exteriores). Con los Presupuestos del Estado en la mano, cuando he llegado a la conclusión que un preso nos cuesta a los ciudadanos más de 6000 euros cada mes, para llegar a nada, he tirado la toalla. Me parece indecente. Nada tiene que ver la realidad, no con la Constitución, sino con la mínima sensatez. Sólo imagínese el lector que entra por seis meses en la trena alguien que conducía sin carnet (nueva modificación del código de la circulación). Nos cuesta a todos, de entrada, 36.000 Euros, mínimo. ¿Han visto el film "Distrito 9"? ... pues eso. Algo hacemos muy mal en todas las fases del proceso... y de las víctimas de los delitos nadie se acuerda. Por el precio que nos cuesta la broma, ¿no saldría más a cuenta invertir en "NO TENER DELINCUENTES" e indemnizar generosamente a las víctimas? Josep Jover