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Los operadores de banda ancha deberían aprovechar la oportunidad que les brindan las redes financiadas por gobiernos

Escrito por Lluis Borrell el 14/03/2012 a las 16:13:44
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(Head of the Spanish Office, Analysys Mason)

Los gobiernos nacionales y locales de todo el mundo reconocen la importancia de las redes de próxima generación (NGN, por sus siglas en inglés) como un factor esencial para impulsar la recuperación económica. Con este objetivo, muchos gobiernos están desarrollando planes para el despliegue de redes públicas de banda ancha.


Sin embargo, los gobiernos no están estimulando la provisión de banda ancha por razones puramente económicas. Entre sus razones figuran el deseo de promover una competencia mayor y más sostenible, mantener el control de las redes sobre las que se proveen los servicios públicos, o conseguir los mayores beneficios tanto sociales como económicos derivados del uso de la banda ancha. Asimismo, la financiación pública desempeña un cometido importante como complemento de las inversiones privadas a la hora de extender la banda ancha a zonas rurales y a otras zonas que resultan menos atractivas económicamente para los operadores comerciales.
 

Los operadores privados de infraestructuras podrían considerar que estas nuevas redes públicas de banda ancha constituyen un reto para su principal línea de negocio, sobre todo si la nueva red se solapa con sus redes ya existentes. No obstante, los gobiernos nacionales y locales seguirán probablemente adelante con sus planes de despliegue de redes de banda ancha independientemente de las objeciones de los operadores comerciales. En este caso, los operadores deberían tratar de aprovechar esta oportunidad y explorar formas de colaboración con el sector público en el desarrollo de estas nuevas redes. Este tipo de colaboración les reportaría una serie de beneficios, como poder proveer servicios de banda ancha a un mayor número de usuarios finales, o disponer de apoyo público para llevar la banda ancha a zonas rurales y a aquellas zonas que serían económicamente menos rentables.
 

En septiembre de 2011 la Comisión Europea publicó una guía de inversión pública en banda ancha, elaborada por Analysys Mason, con el objetivo de garantizar que el apoyo público a redes de nueva generación se realice sin menoscabar las inversiones privadas.  Esta guía analiza cinco modelos de cooperación entre autoridades públicas y entidades privadas para el despliegue de este tipo de infraestructuras (ver Figura 1).

Figure 1: Modelos de inversión público–privada en redes de banda ancha [Fuente: Analysys Mason para la Comisión Europea, 2012]
 

• Modelo 1: Ascendente (bottom-up) – la red es gestionada por los consumidores o usuarios finales, pero su construcción y operación corre a cargo de un operador privado de telecomunicaciones.
 

• Modelo 2: Diseño, construcción y operación por una entidad privada – la entidad privada recibe financiación pública para la construcción de la red pero mantiene en cualquier caso la propiedad de la misma.
 

• Modelo 3: Externalización pública – el sector público es el propietario de la red, pero el operador privado recibe financiación pública para su construcción y operación, con un riesgo asociado menor que con el Modelo 2 anterior.
 

• Modelo 4: Joint venture – la red es de propiedad pública y privada; permite la creación de entidades especiales y al mismo tiempo ofrece la posibilidad de atraer financiación adicional de terceras partes (p.ej. inversores institucionales).
 

• Modelo 5: Diseño, construcción y operación por un organismo público – la red es construida y operada por un organismo público y es de propiedad pública, aunque esta inversión puede estimular un incremento en la demanda de servicios de banda ancha de la que se pueden beneficiar los operadores privados.
 

Estos modelos de inversión muestran que el sector público y el privado pueden ayudarse mutuamente en lo que respecta al desarrollo de la banda ancha. Los gobiernos pueden aportar financiación, mientras que los operadores privados pueden ofrecer la experiencia técnica y la disciplina comercial necesaria para asegurar la sostenibilidad de los proyectos. Los operadores privados deberían concebir una estrategia que incluya redes de banda ancha financiadas por los gobiernos, de forma que estas redes constituyan una parte importante de su portfolio de redes de próxima generación.


Matt Yardley, Lluís Borrell