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Las ciudades creativas

Escrito por Miquel Barceló el 10/11/2015 a las 21:45:10
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(Presidente Innopro consulting)

Las ciudades juegan un papel protagonista en la globalización, las ciudades compiten a nivel global y un factor fundamental de esta capacidad competitiva es la capacidad de atraer y fijar talento de todo el mundo. En anteriores ocasiones me he referido a la emergencia de nuevos modelos de ciudad que he denominado ciudad compacta, sostenible y del conocimiento por contraposición a la ciudad industrial tradicional que es difusa, no sostenible  y no competitiva en la nueva economía.

 

En el presente artículo hablaremos de cómo se articulan las ciudades creativas acudiendo a teorías de la complejidad y de los comportamientos individuales en sistemas complejos como son las ciudades. Veremos que el todo puede ser más que la suma de las partes. Que el comportamiento de las personas en sistemas complejos como las ciudades actuales, responde a pautas individuales pero que el conjunto crea una coreografia superior. De la misma forma a como observando una manada de pájaros cada uno vuela a su aire pero el conjunto representa un todo armónico que se mueve mediante unas pautas propias del conjunto.

 

Sistemas complejos o el todo superior a la suma de las partes

 

Diversos autores como Philip Ball han estudiado algunas pautas o leyes de la naturaleza y las han comparado con el comportamiento humano. Desde las colonias bacterianas, el caso del moho del limo o el movimiento de manadas de pájaros, parecen responder a pautas o modelos geométricos de una variedad y riqueza propia del diseño de un artista. A partir de estos ejemplos de la naturaleza nos preguntamos si las personas no seguimos a veces pautas de conducta similares, pautas complejas sin que sean dirigidas por ningún plan superior.

 

Ninguno de los pájaros de la manada tiene un plan preconcebido de la trayectoria que van a seguir, pero sin embargo el movimiento del conjunto parece seguir un plan dirigido por alguien con una visión del conjunto. Cada pájaro actúa a partir de su “percepción local del mundo”, responde rápidamente a lo que hacen sus vecinos de vuelo y el conjunto tiene sentido como tal. ¿Ocurre lo mismo en las ciudades como conjunto humano que sigue unas pautas globales a partir de la percepción local de cada ciudadano?. ¿Cuál es la lógica de este sistema complejo que llamamos ciudad?. Parece que una de sus propiedades es que el todo es superior a la suma de las partes. El conjunto ciudad representa algo superior a la suma de sus ciudadanos.

 

La ciudad es básicamente un espacio de interacción y el conjunto de interacciones generan influencias externas que modifican la conducta. De la misma forma que un ave modifica su vuelo por interacción con su entorno próximo, así un ciudadano se ve influido por el entorno urbano en donde interacciona con otras personas. La forma y la organización del espacio urbano determinarán las interacciones y condicionará el comportamiento.

 

Las pautas de conducta de cada persona serán similares en uno u otro espacio, sin embargo, como en las manadas de pájaros, emergerán nuevos comportamientos colectivos resultado de la interacción entre los individuos. A su vez, estos nuevos comportamientos colectivos podrán generar una explosión de creatividad de todo el conjunto.

 

El lenguaje del espacio, espacio y ecosistemas innovadores

 

Nos preguntamos sobre la posibilidad de proyectar los espacios urbanos y arquitectónicos de modo que actúen como entornos propicios a la interacción humana facilitando la creatividad del conjunto barrio o ciudad. ¿Los actuales planeamientos urbanos y el diseño de espacios responde a este requerimiento o más bien seguimos pautas propias de la sociedad industrial anterior?.

 

El caso del diseño de la Tate Gallery de Londres y los estudios de Michael Batty del University College demuestran que la trayectoria que siguen las personas en un museo depende de la estructura y disposición de las salas y no del contenido de las mismas o del tipo de arte que prefieren. El espacio determina su uso y no el contenido del mismo. Existe pues una lógica en la forma en que las personas nos relacionamos con el espacio y circulamos por él. Si la capacidad creativa y la innovación de un colectivo dependen de las interacciones del mismo, la morfología de estos espacios, a nivel urbanístico y arquitectónico será fundamental para determinar el potencial innovador de una ciudad y de un conjunto humano.  Se tratará de averiguar las reglas, el lenguaje de estos espacios para fomentar la creatividad y la innovación.

 

Las actuales comunidades urbanas de ciudades europeas fueron diseñadas en su mayoría en la época industrial donde las jerarquías sociales y el sistema productivo imperante de carácter jerárquico eran piramidales y unidireccionales de arriba abajo, dificultando las actividades colectivas y fomentando la pasividad de las personas ante la autoridad. En general, los actuales bloques de viviendas limitan la frecuencia de los encuentros y por tanto la interacción de las personas.

 

En cambio, la sociedad del conocimiento hemos visto que requiere de la interacción de las personas. Se deberán diseñar por tanto, espacios que aumenten la frecuencia de estos encuentros y faciliten el intercambio de ideas a compartir y los proyectos a desarrollar. La sociedad del conocimiento requiere de un urbanismo y de una arquitectura (también de la gestión de los espacios) diametralmente opuesta a la de las sociedades industriales.

 

Los ecosistemas innovadores que vimos en los artículos 6 y 9 tendrán su desarrollo natural en ciudades planificadas con un nuevo concepto de urbanismo, en donde la ciudad que vimos en el artículo anterior tendrá su desarrollo natural. A su vez, el diseño arquitectónico deberá adaptarse a los requerimientos de la nueva sociedad eliminando jerarquías y facilitando el encuentro de todos con todos. Finalmente, las organizaciones deberán gestionar estos espacios para multiplicar la frecuencia de estos encuentros.

 

Un ejemplo de este nuevo urbanismo lo tenemos en el distrito 22@ de Barcelona (ver artículo 21), basado en la ciudad compacta y en la mezcla de usos propios de la nueva ciudad del conocimiento. Si nos centramos en el Parque Barcelona Media dentro del 22@, o en el bloque limitado por la Avenida Diagonal y las calles Roc Boronat, Llacuna y Tánger, vemos que en un solo bloque de unos 60.000 m2 de superficie conviven centros de formación universitaria, centros de investigación y transferencia, empresas grandes, medianas y pequeñas del sector media, servicios de producción audiovisual, incubadoras y otros servicios avanzados configurando el núcleo duro de un clúster del sector Media. Todo ello rodeado de una amplia oferta pública y privada de viviendas y de espacios públicos y servicios que facilitan el encuentro de esta comunidad. Otra cosa es, que la gestión de estos espacios no aproveche todo el potencial que una buena interacción de los miles de personas que se mueven diariamente por esta zona urbana podría permitir, si se dieran las condiciones apropiadas de gobernanza del mismo.

 

Algunas conclusiones sobre como diseñar espacios innovadores en ciudades creativas. A partir de estas reflexiones sobre espacio urbano y ciudades creativas, nos podemos preguntar sobre  cuáles son los espacios de actividad económica propios de la sociedad del siglo XXI. Hemos visto que el siglo XX producía los polígonos industriales como los espacios naturales donde se desarrollaba la actividad industrial, motor del conjunto de la economía de países y ciudades. ¿Cuáles serán los espacios naturales propios de la ciudad del conocimiento?.

 

El siglo XXI es el del conocimiento de las personas creativas. Sabemos que la “clase creativa” se ubica en ciudades que reúnen determinadas condiciones de entorno; también hemos visto que los ecosistemas innovadores urbanos facilitaban la creación de estos entornos urbanos y el desarrollo de la economía basada en el conocimiento.

 

Es necesario desarrollar un nuevo modelo de urbanismo que facilite la creación de estos entornos. A su vez la arquitectura y el desarrollo de infraestructuras y servicios deben ir en la misma dirección. Es necesario desarrollar una nueva lógica del espacio urbano que favorezca la creatividad y la innovación. Creo que estamos lejos de que el urbanismo y la arquitectura tradicionales hayan asumido este cambio histórico fundamental, entre otras razones por la compartimentación y la segregación de las distintas disciplinas profesionales y del conocimiento. Es necesario integrar las visiones, pensar en sistema y desarrollar modelos que integren distintos ámbitos del conocimiento.

 

Barcelona atrae talento, es una ciudad relativamente compacta, pero no ha organizado sus espacios públicos y privados pensando en la creatividad y la innovación. Un ejemplo, hoy en Barcelona proliferan los espacios de coworking como un nuevo fenómeno de espacios creativos, Sin embargo, debemos avanzar en la forma de organizar estos nuevos espacios. ¿Cómo pueden avanzar en este sentido los  actuales coworking?, ¿cabria pensar en un sistema o red de coworkings?  ¿Se deberían crear nodos de comunicación y servicios para el conjunto de estos espacios?.  En el próximo articulo nos referiremos al diseño de espacios innovadores.