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La ingeniería del mañana

Escrito por Aquilino Morcillo el 16/10/2012 a las 17:52:57
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(Ingeniero de Telecomunicación)

La ingeniería es “la actividad profesional del ingeniero” (DRAE); pero como ingeniero es “la persona que profesa la ingeniería”, sólo puede romperse el “círculo vicioso” refiriéndose a un determinado contexto, que en nuestro caso va a ser el universitario. El hacha de sílex es técnica y arte, pero no ingeniería, y una discusión al respecto nos remitiría al origen de le humanidad, cuestión que sobrepasa el propósito y extensión de este articulo. De hecho, la construcción de artefactos para dominar el medio ambiente estuvo históricamente ligada con el poder y la religión, de forma que el título honorífico de “Pontífice Máximo” no se le da al mejor ingeniero de caminos, sino al papa. 
 
 
Hasta el siglo XVIII, la concepción de la ingeniería era de militar, por lo que las primeras escuelas en las que se sistematizaron científicamente los conocimientos de ingeniería, pasaron a ser de “Ingeniería Civil” para distinguirlas de la anterior.  Ambas derivan de la palabra latina “ingenium”. Fue en Inglaterra en el siglo XIV en que la palabra añade otro nuevo significado, pues desde entonces el ingeniero no es sólo quien fabrica la máquina o el sistema, sino también quien maneja la máquina o “engine”. Aún no ha desaparecido la confusión de confundir al creador de tecnología aplicando la ciencia en un saber que se obtiene en la Universidad  de la mera utilización de la técnica en diversos grados.
 
 
El ingeniero educado en la Universidad, como creador o diseñador, que no solo repara o utiliza, comienza en 1747 en París como ingeniero de caminos. La Revolución Industrial del siglo XIX delimitó los campos con cierta precisión. Hoy existen diez grandes campos de la ingeniería, agrupados en más de 161 especialidades (cada una con la pretensión de ser carrera), sin que el explosivo desarrollo de nuevos sistemas haga prever que el número pueda limitarse. A este derroche ha intentado poner coto el Tratado de Bolonia, imitando en parte del modelo de los EE.UU., que limita las carreras de ingeniería por Grados, o ramas genéricas de especialización. Obtenido el Grado universitario, hay que volver a la universidad para obtener el postgrado, que ya es una especialización. Terminado el posgrado, los estudios de master confieren la capacidad de ejercer la profesión con una especialidad. Bolonia distingue entre tres titulaciones: Grado Máster y Doctorado. 
 
 
Hoy se habla de fracaso parcial del Plan Bolonia, y ciertamente lo es, pues no son las ansiadas titulaciones lo que exige la sociedad, sino los conocimientos específicos para las acciones que esta encomienda al ingeniero con un documento oficial. En cualquier caso, la sociedad globalizada seguirá avanzando tecnológicamente, con más rapidez en aquellas sociedades que dejen de mirar al pasado, y se planten ante el futuro con cabal conocimiento de la realidad tecnológica.  EE.UU. es el ejemplo por sus resultados.  A largo plazo, el futuro de la humanidad y por tanto de la ingeniería del mañana, sólo puede verse con optimismo.
 
Aquilino Morcillo Crovetto
Ingeniero de Telecomunicación
Madrid, 9/sept/2012