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El gen del asociacionismo

Escrito por David F. Nettleton el 26/02/2013 a las 21:24:21
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(Vocal de la Junta Directiva de ATI Cataluña)

 La ATI (Asociación de Técnicos  de Informática, www.ati.es) nació en el año 1967, siendo la asociación profesional con más antigüedad del sector de la informática en España. Aunque el nombre refiere a “técnicos”, los socios incluyen algunos de los profesionales, académicos, empresas e instituciones de más prestigio en España. No obstante, también caben los informáticos y empresas “de a pie” que forman la base de un sector tan diverso como es el de la informática. También la asociación reconoce el valor de los futuros profesionales, actualmente cursando sus estudios. Además, y por supuesto, se valora a los profesionales ya de una cierta edad que “se han dejado la piel” durante décadas en el sector, siendo responsables de muchas de las infraestructuras de hardware y software que hoy en día usamos habitualmente sin darnos cuenta del enorme logro y esfuerzo tecnológico que representa y la contribución de muchos grandes profesionales durante muchos años.

 

En estos tiempos de crisis y desempleo, sigue siendo más importante que nunca la pertenencia a una asociación profesional, tanto para los individuos como para las empresas e instituciones. Hay dos objetivos profesionales a tomar en cuenta para los individuos y empresas en estos momentos económicamente difíciles: (i) sobrevivir y (ii) prosperar. Podemos decir, que si conseguimos el primer objetivo entonces podemos contemplar el segundo.

 

Muchas profesiones y oficios están representadas por asociaciones civiles, gremios, colegios oficiales, federaciones, cofradías, y otros tipos de agrupaciones. Además, podemos destacar que en los países del mundo con economías avanzadas y que más han prosperado, un denominador común es el complejo tejido de asociaciones y agrupaciones profesionales, comerciales, académicos, etc., que coexisten, interaccionan y potencian entre ellos el progreso en la sociedad. En Inglaterra está el British Computer Society (www.bcs.org), en Alemania el “German Informatics Society” (http://en.gi.de/startpage.html), en Italia el “Italian Computer Society” (www.aicanet.it), En los Estados Unidos están los “macro-asociaciones” del ACM (Association of Computing Machinery) y el IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers). Incluso hay asociaciones informáticas más especializadas como la asociación de informática legal en Francia, el ‘French Computer Law Association’ o el ‘Chinese-American Computer Association’ de Estados Unidos.

 

En ATI, los socios pueden crear sus propios sub-grupos de interés. Por ejemplo ATI cuenta con un grupo de Informática Naval, otro sobre Peritaje Informático, Seguridad Informática, Bases de Datos, etc.

 

Otro aspecto clave de ATI y su participación en la sociedad civil es su actuación como ‘lobby’ para temas importantes tecnológicos que afectan a la sociedad en general. Por ejemplo, la campaña reciente en contra del ‘canon digital’ en el cual ATI fue muy activa. También, ATI asesora al gobierno central/autonómico como experto para algunos de los planes y políticas nacionales y autonómicas en el ámbito de las Tecnologías de la Información.

 

Así que, una asociación como ATI ofrece una nueva dimensión a un profesional de la informática, un analista, analista/programador, programador, consultor, un estudiante de tecnologías de la información, un empresario que se dedica a la implantación de software y hardware en las empresas clientes, un distribuidor de hardware y software, y los que trabajan en las universidades y centros de investigación.

 

También hacemos la reflexión que ATI es una asociación civil, que es distinta a un ‘club’, que suele ser más cerrado, exclusivo y elitista. Una asociación exige, eso sí, unos estándares de comportamiento y buena conducta profesional entre sus socios, y las ganas de participar en algo de que fundamenta en la buena relación entre las personas. ATI es una parte de la sociedad abierta, una meritocracia en el cual con el esfuerzo y la constancia se puede conseguir mejorar nuestra propia vida y la de los demás.

 

Comunidad: Los socios de ATI se potencian entre sí, en un foro común dónde se pueden establecer y mantener contactos profesionales y realizar actividades muy útiles y provechosas. Los contactos pueden resultar en futuras colaboraciones, clientes, socios de empresas y contrataciones. También permiten compartir preocupaciones y problemas en busca de solución, e incluso forjar amistades duraderas. También ofrece a sus socios una bolsa de trabajo, un foro de intercambio de información técnica general y especializada, cursos de formación continua especializada, publicaciones digitales, una extensa intranet, reuniones, charlas, workshops, asistencia a congresos y presentaciones,  y para los más asociativos, la oportunidad de participar en y contribuir al funcionamiento de la asociación.

 

Es verdad que las asociaciones no son del gusto de todas las personas. Hay personas que prefieren actuar y vivir individualmente y no gustan de la idea de tener que relacionarse con sus colegas profesionales más que lo necesario. De otra parte, están las personas que gustan de formar parte de un grupo, un equipo, debatir diferencias y ver el mundo en común. Se podría decir que la naturaleza humana nos ha dotado con unas habilidades sociales que nos tienden hacía ese último tipo de individuo, para quien, desde tiempos pre-históricos ha sido necesaria la colaboración y el consenso en grupo para sobrevivir en el duro y competitivo entorno.

 

No estaría de más que los gobernantes y políticos vean más claramente el valor añadido que ofrecen las asociaciones profesionales al tejido comercial/industrial/productivo, y que les apoyen más (por ejemplo, en la publicidad gratuita/subvencionada), ferias de muestras de asociaciones profesionales (ya las hay de asociaciones en general, pero no tanto para asociaciones profesionales).

 

En fin, mejor hacer piña que sufrir sólo, y que no hagamos caso a las famosas palabras de Marx (Groucho): “nunca pertenecería a un club que me aceptara como socio”.

 

Escrito por David F. Nettleton (Vocal de la Junta Directiva de ATI Cataluña)