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¿Boloñesa o Siciliana?

Escrito por Jordi Berenguer el 27/10/2008 a las 19:54:13
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(Subdirector relaciones externas e institucionales EETAC-UPC)

Estamos asistiendo a los últimos, parece, coletazos del proceso de reforma y adecuación de las enseñanzas universitarias al Espacio Europeo de la Educación Superior (EEES), también conocido como proceso de Bolonia. Tras muchos años de discusiones, deliberaciones, libros blancos, experiencias piloto y másteres adaptados, a finales de octubre del año pasado, el gobierno aprobó el Real Decreto 1393/2007 mediante el cual las enseñanzas universitarias se estructuran en grado, máster y doctorado. Si bien esta estructura parecía más sencilla que sus precedentes, especialmente por lo que se refería al doctorado, su aspecto más discutido fue la duración de los estudios de grado, que pasaban a ser de cuatro años, o 240 créditos ECTS (European Credit Transfer System). Con ello se rompía el tradicional esquema de 3+2 con el que venimos impartiendo el primer y segundo ciclo de las enseñanzas universitarias, adoptando un nuevo esquema de 4+1 o 4+2. Ésta situación puede dificultar la movilidad de los estudiantes de grado entre los países de la UE, ya que en bastantes de ellos se mantiene la estructura de 3+2, y dificultarla en el máster si no se adopta una duración de 2 años para estos estudios. La razón que en su momento adujo la ministra Cabrera fue que en España los estudiantes accedían a la universidad un año antes que en el resto de Europa, con lo que el grado de 4 años venía acompañado de la obligación de impartir unos créditos de materias básicas (matemáticas, informática, física, etc.) en los dos primeros años del grado. Excepto en el caso de las ingenierías, la mayoría de universidades ya han puesto en marcha nuevos planes de estudios de titulaciones sin atribuciones profesionales adaptados al EEES. En el caso de las ingenierías se está aún a la espera de que el gobierno apruebe la orden ministerial por la que se establecen las condiciones a las que deberán adecuarse los planes de estudios conducentes a la obtención de títulos que habiliten para el ejercicio de las distintas profesiones reguladas de ingeniero e ingeniero técnico: las llamadas "fichas". Un proceso que parecía que se había desencallado en diciembre del año pasado, pero que tras muchos avatares, a fecha de hoy, todavía no ha concluido. La propuesta del ministerio y de las universidades es equipar el grado con la ingeniería técnica y el máster con la ingeniería superior; es decir varios grados especialistas y un máster generalista que complete los huecos del grado especialista. Y aquí es precisamente dónde surge el conflicto entre los Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos y los Colegios Oficiales de Ingenieros: los primeros reclaman competencias plenas en el grado y un único grado generalista, mientras que los segundos reivindican que el acceso a la profesión sea desde el máster que deberá ser por tanto generalista. Parecería lógico que los grados fuesen generalistas y los másteres especialistas, sin embargo no es así. Bolonia ha puesto en crisis el actual sistema de regulación profesional de las ingenierías. Quizá habría que plantearse poner en marcha el espacio común europeo de las profesiones reguladas. Mientras, prevalece lo que aventuraba Giuseppe Tomasi di Lampedusa: "Se tutto deve rimanere com'è, è necessario che tutto cambi." Jordi Berenguer Dr. Ingeniero de Telecomunicación Director de la EPSC-UPC