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2016, donde estamos y hacia dónde debemos ir

Escrito por Jaume Codina el 01/03/2016 a las 21:38:08
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(Soci director de Codina Consultors)

Siempre había trabajo. Tradicionalmente, dentro del colectivo de los ingenieros de telecomunicación, siempre se ha oído decir que no había ninguno sin trabajo. Y posiblemente era verdad. Esto hace tiempo que ya se acabó. Estamos en 2016 y fruto de la situación económica global, mucho más acusada en España, el número de profesionales de alto nivel con dificultades ha aumentado desorbitadamente.

 

El fin de la bonanza. Los telecos siempre han gozado de una situación de prosperidad económica e innovadora, que los ha puesto en la "cresta de la ola". Pero esta ola se ha transformado en un tsunami y se ha llevado a muchos por delante. Y ha afectado en mayor o menor medidaa todo el colectivo, directa o indirectamente.

 

Peor para los liberales. Nuestra es una profesión que ha generado un importante número de profesionales en ejercicio libre. Quiere decir que en momentos de dificultades tienen que sobrevivir con la capacidad de endeudamiento que personalmente puedan tener, lo que no le pasa al que trabaja por cuenta ajena.

 

Globalidad no para todos. El cóctel en que nos encontramos en la actualidad tiene muchos ingredientes y no tiene fácil solución, al menos a corto plazo, por eso muchos jóvenes ingenieros optan por la salida al extranjero, no exenta de dificultades. Esta opción queda fuera del alcance de una parte del colectivo, los más veteranos, que bajo los ojos de los empleadores no responden a los criterios adecuados para emprender una aventura fuera de su país.

 

No se puede ser "mayor". La edad del candidato es una de las mayores trabas que cualquier titulado, por bueno que sea, por más experimentado que esté, siempre tendrá. Las leyes y reglamentos del Estado sí aceptan que los trabajadores estén en la brecha hasta los 67 años, pero en cambio los "empleadores" no lo ven así: para ellos, tener más de 50 años significa que ya no es  un candidato apto. Y se equivocan.

 

Se equivocan quienes creen que los "senior" ya han dado bastante de sí. Se equivocan cuando piensan que no tienen vitalidad. En una gran mayoría de casos, como que no estamos hablando de trabajos físicos, sino intelectuales, la vitalidad se tiene o no se tiene, tanto sea a los 25 años como a los 65 !. No es este el lugar para hacer un apostolado a favor de  los senior, aunque es indiscutible que tienen gran cantidad cosas buenas, cosas aprendidas a lo largo de toda una carrera profesional, que en muchas ocasiones son para quitarse el sombrero. Parece que la experiencia en una profesión que se basa en tecnologías cambiantes a una velocidad terrorífica, no se pueda acumular, y que acaba siendo un accesorio. Pues no, la experiencia de muchísimos profesionales les ha capacitado para tener la capacidad de un autoaprendizaje continuo, se han mantenido al día y están suficientemente preparados para formar parte de equipos con gente joven, que sí que tendrá más inocencia, serán más descarados, lo que dará como resultado una combinación perfecta.

 

Experiencia, mucha y buena. Estamos en un momento en que tenemos un colectivo de profesionales preparados, expertos, con una larga experiencia en negociación, en dirección de proyectos, en relaciones humanas, en finanzas, que son capaces de dirigir empresas, saben implantar tecnologías, que han desarrollado una carrera admirable, pero que a ojos de los departamentos de recursos humanos, son invisibles.

 

No es sólo la edad. Quizás dan un poco de respeto, si saben tanto, no ?. Quizás algunos directivos y jefes no se atreven a contratar a alguien para su departamento que igual resulta que sabe demasiado y le puede hacer sombra. En cualquier caso, el ingeniero senior está buscando trabajo, proyectos, quiere trabajar y seguir aportando valor, que es lo que los telecos hacen en las empresas, aportar valor.

 

Espíritu de lucha. Este colectivo de ingenieros no está ocioso, sigue aprendiendo, hace cursos, asiste a conferencias, va a todos los congresos en los que puede detectar oportunidades, descubrir nuevas ideas. La inmensa mayoría están bien preparados, entrenados en las materias que han utilizado en su trayectoria y quizá incluso más, pues muchos tienen una pasión por la tecnología, la física, las mates. Y muchas ganas de seguir luchando.

 

Habrá que actuar. Todo esto ocurre en un momento en que están bajando las matrículas de las carreras técnicas e ingenierías. Qué contrasentido. Prácticamente es ya  omnipresente el papel de las TIC en cualquier actividad humana y resulta que cuanto más crece la necesidad, menos futuros ingenieros tenemos. En pocos años tendremos que hacer "importaciones" de titulados, de telecos de otros países. Hay que actuar en dos vías:

 

●sensibilizar a los poderes sociales, económicos y políticos para que entiendan que hay que cambiar esta percepción negativa hacia los "senior" y que su papel es fundamental para la evolución de las empresas. La juventud es un valor importantísimo, siempre y cuando se focalice para hacer crecer equipos pensando en complementariedad para la renovación y no en un marco de sustitución.

 

●fomentar desde la enseñanza secundaria las vocaciones, divulgando la tecnología y la ciencia, estableciendo marcos de colaboración entre los senior y los docentes, que seguramente agradecerian esta ayuda en las asignaturas de tecnología. Quién mejor que un ingeniero experimentado, que ha estado, o está en la industria, para divulgar estos conocimientos, tanto teóricos como prácticos ?.

 

Hay una gran cantidad de materias que serían del interés de todos los jóvenes, que son usuarios intensivos de una gran cantidad de dispositivos y servicios TIC pero que forman parte de un sistema educativo y de una sociedad que no es consciente de que con la participación de profesionales de las telecos entenderían qué tecnologías hay detrás y que ayudaría a despertar vocaciones. Procuremos tener una potente economía, valiosa, que esté basada en el mayor valor posible: el conocimiento. Estamos a tiempo.

 

Jaume Codina

jcodina@codinaconsultors.com