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Los USBs repartidos por el mundo

Escrito por Redacción TNI el 05/04/2016 a las 10:26:49
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Hay muchas formas de crear una red segura que evite cualquier posibilidad de ser rastreado. La llamada deep web es la más famosa y común. Podemos navegar por la zona profunda de la red gracias a Tor, con todo algunos aseguran que el anonimato de este programa ya no es tan perfecto como pensábamos. Hace unas semanas un investigador llamado José Carlos Norte aseguraba que es posible conocer un usuario por como maneja el ratón. Sí, han escuchado bien, mediante los desplazamientos y la velocidad a la que lo hace es posible saber quien está tras la pantalla.

Pese a esto aún existen proyectos, en el siguiente caso de cariz artístico, que trabajan para que los usuarios puedan intercambiar archivos de forma anónima.

Si andando por la calle nos encontramos un terminal USB incrustado en la pared no debemos alarmarnos ni pensar que se trata de la memoria de un despistado que la ha dejado allí. Con toda posibilidad ese USB tendrá relación con el proyecto creado por el artista alemán Aram Bartholl.

Su idea iniciada en 2010 consiste en disponer en la vía pública memorias USB sin ficheros en los que los usuarios pueden dejar intercambiar documentos de forma totalmente anónima sin necesidad de estar conectados a internet.

De este modo se incrusta el USB en una pared dejando visible la parte que conecta con nuestro terminal para que quien quiera pueda disponer de sus archivos. Acto seguido se informa en la página web deaddrops.com para que pueda existir un seguimiento de las distintas memorias repartidas por todo el mundo . El proyecto de Bartholl además pide que únicamente haya un fichero dentro del USB incrustado, el del manifiesto en el que se explican las razones del proyecto.

Este experimento empezó como ya hemos dicho en 2010. El artista alemán colocó 5 memorias USB en la ciudad de Nueva York pero ya son miles las que se encuentran en todas las ciudades del globo.

Al no estar conectados a la red, la huella que dejan los usuarios es nula y por lo tanto no puede ser rastreada. Sin duda un modo eficaz de "descargar" contenidos sin que ninguna autoridad pueda condenarte por ello. El único problema obviamente es la posibilidad de encontrar en las memorias USB cualquier tipo de malware.

De momento según informa deaddrops.com hay más de 1.600 unidades repartidas por todo el mundo, es decir 12 Terabytes de memoria.