El sector de las telecomunicaciones se encuentra en plena transformación, con la maduración de tecnologías clave como el 5G, la inteligencia artificial y el edge computing.
Sin embargo, estas oportunidades vienen acompañadas de desafíos, que van desde dilemas propio del sector, hasta exigencias de sostenibilidad y complejidades de ciberseguridad.
El 5G y el salto hacia la 6G
El despliegue de la 5G ha mejorado la conectividad global, permitiendo avances como la automatización industrial, el mantenimiento predictivo y el desarrollo de redes de vehículos autónomos. Sin embargo, monetizar esta inversión sigue siendo un reto para las operadoras. En 2025, el foco se trasladará a la IA industrial, que permitirá gestionar grandes volúmenes de datos en tiempo real, optimizando procesos y reduciendo costes.
Además, el sector ya comienza a prepararse para la llegada de la 6G, prevista para 2030. A diferencia de generaciones anteriores, el 6G se basará en actualizaciones de software en lugar de un cambio radical de infraestructura, ofreciendo mayor velocidad y menor latencia sin comprometer la rentabilidad.
El renacer del IoT con edge computing
A pesar de su potencial, el “Internet de las Cosas” se enfrenta a limitaciones debido a su dependencia de la nube. En esta línea, el edge computing emerge como la solución capaz de procesar los datos cerca de su origen, además de, permitir la toma de decisiones en tiempo real.
Aplicaciones como la gestión del tráfico en ciudades inteligentes o la monitorización predictiva en fábricas ya están demostrando sus beneficios. “Para los operadores, esto significa la posibilidad de asignar recursos de red de manera dinámica, evitando cuellos de botella en momentos de alta demanda” explica Gonzalo Valle, presales manager de IFS.
Redes inteligentes y la gestión con IA
El creciente número de dispositivos conectados hace que los métodos tradicionales de gestión de redes queden obsoletos. Así, la IA se posiciona como un aliado fundamental para automatizar tareas repetitivas, predecir fallos y optimizar la asignación de recursos.
Según un informe de McKinsey, la IA puede reducir significativamente los costes de gestión de red y mejorar su fiabilidad. De hecho, el 87% de los operadores ya han comenzado a integrar IA en sus procesos, aunque el desafío sigue siendo la calidad de los datos.
El reto del consumo energético
El consumo energético es otro gran reto que enfrentará la industria en 2025. Con una infraestructura cada vez más densa, la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad.
Las empresas del sector están recurriendo a la IA y el IoT para optimizar el uso de energía, detectando desperdicios y ajustando el consumo en tiempo real. Además, se están implementando estaciones base alimentadas por energía solar y redes 5G de bajo consumo, reduciendo la huella de carbono.
Otra iniciativa clave será la optimización de rutas de técnicos de campo mediante IA, lo que puede reducir los tiempos de conducción hasta en un 50%, impactando directamente en la reducción de emisiones y costes operativos.
Ciberseguridad como prioridad estratégica
El aumento de la interconectividad expone a las empresas a mayores riesgos de ciberataques. En 2025, las operadoras invertirán en detección de amenazas basada en IA, cifrado avanzado y modelos éticos de IA para garantizar la seguridad de los datos.
Un estudio de Nokia asegura que el 87% de los operadores ya han comenzado a implementar IA en sus operaciones de red, aunque enfrentan desafíos en la transparencia de los datos. Las soluciones con software empresarial integrado con IA ayudarán a garantizar que las redes sean más seguras y eficientes.
Con todo ello, 2025 marcará un punto de inflexión en el sector de las telecomunicaciones. “Las telecomunicaciones no solo están evolucionando, están redefiniendo la forma en la que vivimos y trabajamos. Aquellas empresas que logren integrar estas innovaciones estratégicamente serán las que lideren el futuro del sector”, concluye Markus Persson, Director Global de Industria en IFS.