Un reciente informe del Pentágono pone de relieve las grandes capacidades de ciberguerra que los servicios de inteligencia e información norteamericanos atribuyen a China, y que califican como de amenaza para los Estados Unidos
Según el mismo documento, el Partido Comunista Chino no solamente ha desarrollado estas capacidades, sino que también ha demostrado su disposición a utilizarlas para proyectar poder.
La amenaza cibernética china se presenta en cuatro dimensiones clave; en primer lugar, encontramos la intención de la República Popular China de generar efectos disruptivos y destructivos en la infraestructura crítica de EE.UU. Dicha capacidad permitiría a China lanzar ataques cibernéticos capaces de provocar interrupciones localizadas y temporales en sectores vitales como la energía, la defensa y las telecomunicaciones, que podrían tener como objetivo disuadir al gobierno estadounidense de responder a una posible acción de cualquier tipo de China sobre Taiwán.
En segundo lugar, los ataques cibernéticos chinos se extienden más allá de las redes de infraestructura crítica. El informe advierte que China utiliza medios cibernéticos para conseguir información sensible, buscando obtener ventajas económicas y militares. El robo de propiedad intelectual y datos sensibles de objetivos académicos, económicos, militares y políticos permite al gigante asiático construir una imagen operativa detallada de las redes de defensa y capacidades militares de EE.UU.
Tercero, el informe señala que China podría utilizar una mezcla de ciberataques, bloqueos y acciones militares como herramienta para coaccionar a Taiwán. Ante el fracaso de estas medidas, el Partido Comunista Chino podría escalar las actividades en el ciberespacio, el espacio o incluso en el ámbito nuclear para finalizar un conflicto con Taiwán en sus propios términos. En este contexto, es probable que China realice ciberataques contra los sistemas de mando y control militares de Taiwán para socavar su capacidad defensiva.
La cuarta dimensión destacada en el informe son las operaciones de China en el dominio cognitivo, combinando la guerra psicológica con operaciones cibernéticas para influir en el comportamiento y la toma de decisiones del adversario. El informe advierte que China está apuntando al público estadounidense para influir en la opinión pública y promover sus intereses, alterando así los sentimientos públicos para forjar un entorno internacional favorable a su ascenso.
El contraalmirante retirado de la US Navy, Mark Montgomery, y la analista programadora del CCTI (Center on Cyber & Technology Innovation), Jiwon Ma, han analizado estas amenazas en un interesante artículo de opinión en The Cipher Brief, proponiendo una serie de soluciones que recomendamos leer de forma completa en el artículo citado.
Para ambos expertos, el gobierno estadounidense debe preocuparse seriamente de la ciberamenaza china, poniendo medidas para lidiar con ella. El primer paso es prever a qué riesgos se enfrenta su infraestructura crítica, mejorar su resiliencia, mejorar su arsenal de herramientas para contrarrestar estos ciberataques y, para ello, mejorar la colaboración público-privada.
La prevención, investigando las empresas chinas que puedan realizar espionaje o influencia social, y la inversión en tecnologías emergentes de ciberseguridad desarrolladas por empresas estadounidenses, que puedan contrarrestar los ciberataques chinos, son dos de los puntos que ambos articulistas también exponen.
