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Desarrollan la base para crear musculatura artificial

Escrito por Guillem Alsina el 01/08/2023 a las 22:45:48
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Investigadores de la Universidad de Penn State (Pensilvania, Estados Unidos), en colaboración con otros centros de investigación, han desarrollado un nuevo polímero ferroeléctrico capaz de convertir de forma eficiente la energía eléctrica en tensión mecánica.


Este polímero es de tipo blando, y lo que he explicado en el apartado anterior significa que, cuando lo alimentamos con una corriente eléctrica, es capaz de adoptar una postura rígida y cambiar de forma. Según cómo apliquemos la corriente eléctrica, a qué parte y en qué medida, podemos controlar a voluntad el movimiento de este polímero que, así, se convierte en un ‘actuador’.


Una aplicación común de un actuador ferroeléctrico se da en una impresora de inyección de tinta, donde la carga eléctrica cambia la forma del actuador para controlar con precisión los pequeños inyectores que depositan tinta en el papel para formar texto e imágenes.


Este funcionamiento es muy similar al que presenta un músculo cualquiera, por lo que el nuevo material podría comportarse como un músculo sintético en prótesis para personas, en aplicaciones de robótica, y para el posicionamiento de objetos con alta precisión.


Además, este nuevo polímero ferroeléctrico es un nanocompuesto que reduce significativamente la necesidad de un campo de conducción de alta intensidad respecto a los anteriores materiales de polímero piezoeléctrico, lo que amplía sus posibles aplicaciones.


Sin embargo, y tal cómo explica a SciTechDaily Qing Wang, profesor de ciencia e ingeniería de materiales en la Penn State University, y coautor del estudio publicado en Nature Materials, todavía quedan algunos obstáculos por superar antes de que estos materiales puedan cumplir con su promesa y, por lo tanto, podamos verlos en acción.


Además de por la Penn State University, la presente investigación incluyó a investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos), y la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong en Wuhan (China), y el estudio contó con el respaldo del Departamento de Energía de los Estados Unidos.