El Atlas de la conocida Boston Dynamics es un robot humanoide que la firma estadounidense no comercializa (lo utiliza solamente como banco de pruebas), y que se ha vuelto viral gracias a los divertidos vídeos en los que baila, hace parkour o gimnasia. Ahora, y con el apoyo de Toyota a través del TRI (Toyota Research Institute), lo han dotado de inteligencia artificial para permitirle que aprenda de un humano de la misma forma que hacemos los humanos, por demostración, según informan en DC Velocity.
Lo que han hecho ambas entidades ha sido dotar al robot humanoide de un Large Behavior Model (LBM), parecido a un modelo de lenguaje grande (LLM por sus siglas en inglés), pero que no constituye IA generativa, sinó de otro tipo que permite dictar el comportamiento de una máquina, en este caso, el robot. Dicho LBM aporta a Atlas una serie de capacidades que antes exigían programación manual con sus correspondientes pruebas y validaciones.
Gracias a este enfoque, se le pueden añadir destrezas al robot con gran rapidez, y sin tener que escribir nuevo código, simplemente haciendo que “entienda” y reproduzca las acciones de un instructor humano. El resultado es que una unidad de Atlas es capaz de ejecutar una secuencia prolongada y continua de tareas complejas, en las que debe combinar la manipulación de objetos con el desplazamiento.
Según Boston Dynamics, la última versión posibilita el uso de movimientos de cuerpo completo -como caminar, agacharse y levantar cargas- para completar labores cómo empaquetado, clasificación y organización. También facilita que, a medida que evolucionan los modelos de robot, requieren de menos ejemplos para alcanzar comportamientos más robustos.
Durante las pruebas realizadas, los investigadores introdujeron retos físicos no previstos en mitad de la actividad, como cerrar la tapa de una caja y deslizarla por el suelo, escenario en el que Atlas tuvo que reajustar su actuación para continuar. Las dos compañías afirman que estos resultados refuerzan el potencial de las tecnologías de inteligencia artificial en el desarrollo de asistentes humanoides de propósito general.
Desde TRI se sostiene que el valor de los robots humanoides reside en su capacidad para abordar una gran variedad de tareas en entornos existentes, y que los métodos previos de programación no estaban a la altura de poder satisfacer dicha exigencia.