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Apple vuelve a cambiar de arquitectura

Escrito por Guillem Alsina el 07/07/2020 a las 08:13:38
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No es la primera vez que Apple decide cambiar la arquitectura de los microprocesadores de sus ordenadores Macintosh; nacidos en 1984 bajo la arquitectura Motorola 68000, una década más tarde cambiaban su corazón al PowerPC, un chip fruto del trabajo de la propia Apple, Motorola (que había proporcionado las CPUs que habían permitido alumbrar al Mac) e IBM, en un giro paradójico del destino, puesto que IBM había sido uno de los grandes objetivos de Apple y objeto de demonización por parte del mismísimo Steve Jobs.


Pero, sin lugar a dudas, el cambio de arquitectura que trajo más cola fue el de la PowerPC a la x86-64, con Intel como suministradora de los procesadores (y después de que muchos rumores apuntaran a AMD), en 2005.


Diez y once años tardó Apple en hacer dos cambios entre tres arquitecturas distintas. Para la cuarta ha tardado algo más, tres lustros.


La compañía de Cupertino no es una recién llegada al campo del diseño y la fabricación de microprocesadores: ya formó parte, junto a Motorola e IBM, de la iniciativa que alumbró al PowerPC, y desde 2010 crea sus propios microchips para los iPhone. Su fabricación, inicialmente contratada a Samsung, está ahora en manos de Taiwan Semiconductor (TSMC), considerada la principal fundición de semiconductores del mundo.


Los chips de arquitectura ARM de 64 bits presentan algunas ventajas sobre los de arquitectura x86-64 de Intel, como son un menor consumo energético, o un menor calentamiento, lo que redunda en necesitar un sistema de ventilación de mucho menor tamaño.


Esto último tiene sus consecuencias: además de poder fabricar máquinas más pequeñas y ligeras, también son más silenciosas, ya que carecen de ventiladores con partes móviles.


Si hay una perdedora en todo esto es Intel, puesto que el macOS que ahora funciona sobre microprocesadores de dicha compañía, representa entre un 17 y un 18% del mercado de los sistemas desktop en todo el mundo. Y aunque todavía hay máquinas Apple basadas en sus chips previstas para salir al mercado, desde la compañía de la manzana han manifestado su intención de que la transición sea rápida, en un periodo de unos dos años.


Apple tampoco se libra de riesgos: si antes he explicado que los chips ARM presentan ventajas ante los x86, también es cierto que arrastran la fama de no poder facilitar la misma potencia, por lo que habrá que ver cómo se comportan los primeros Mac con aplicaciones como editores de imágenes y vídeo en tareas de gran carga, o cuando estén trabajando con varias ventanas abiertas de forma simultánea.


Pero la misma compañía de la manzana también abre oportunidades con este cambio: fusionar sus dos plataformas software en una sola que sirva ‘para todo’.


Hasta ahora, iOS y macOS han sido dos sistemas distintos e incompatibles, para dos plataformas hardware diferentes. A partir de que empiece el cambio, trabajarán sobre la misma plataforma hardware, por lo que no será más fácil ir acercándolos paulatinamente.


¿Veremos un futuro sistema único que se comportará de distinta forma en un smartphone que en un ordenador? ¿veremos un iPhone con capacidad de ordenador -de Mac, vaya- cuando lo conectemos a un monitor externo, teclado y ratón?


Las respuestas a estas preguntas puede que se encuentren en algún despacho del nuevo Apple Park en Cupertino...