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Una definición de crisis

Escrito por Redacción TNI el 21/09/2009 a las 18:48:47
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En una charla de Julio Linares de Telefonica definió las crisis como una sucesión de cambios difíciles de seguir. No por conocida deja de ser una sabia definición. Las empresas están acostumbradas a sus ciclos normales de vida. Los comercios por ejemplo están acostumbrados a vender mucho antes de Navidad (en algunos casos hasta un 50% o 60% de lo que hacen en un año) y por tanto adaptan su fuerza laboral a esas necesidades. El sector del turismo la época estival es cuando más venden y los contratos de trabajo se adaptan a esas necesidades. Cada año es igual. Hay tendencias no obstante y los empresarios han de estar ojo avizor para modificar su estructura empresarial e irse adaptando a esos cambios. Si los cambios son demasiado rápidos, y la empresa no tiene capacidad de maniobra para adaptarse, la empresa se puede ver abocada a cerrar. Por ejemplo si una empresa tiene una facturación muy elevada con un cliente y este cambia de proveedor, la empresa en cuestión puede tener muchos problemas. Si sin embargo, ese cambio de proveedor se efectúa de forma suave, la empresa puede superar más fácilmente los problemas. Pero si en vez de que una empresa cambia de proveedor son muchas y todas a la vez, tenemos un sector o una economía en crisis. Exactamente lo que sucede ahora. En este momento el consumo ha bajado, por un temor quizás infundado o quizás no de posibles despidos, disminuciones de salarios reales percibidos, u otros motivos y el dinero que se pueda tener, si es que no se ha gastado cada mes en la hipoteca –que es lo último que se deja de pagar- se refugia donde puede (Con la sensibilidad que hay para con los bancos, debajo de una baldosa). El consumo arrastra a una cadena de empresas proveedoras y se ha generalizado. En esos casos la legislación laboral y fiscal debería ser más flexible. No porque el empresario quiera ganar más dinero sino porque quiere sobrevivir. ¿Podía haber ahorrado? Quien no. Matando a la gallina de los huevos (no de oro) porque ser empresario (Que el diccionario de la Real academia no pone como sinónimo de millonario ni de ladrón ni de malhechor) no es la solución. Nuestro Celestino Corbacho, ni evidentemente los sindicatos entienden la necesidad de esa flexibilización del mercado laboral y tilda a los empresarios de culpables de no llegar al consenso. La realidad es que no pueden aguantar mucho más. Entendemos que no se puede hacer una liberalización a la americana pero algo más que ahora es necesario. Aun así evidentemente no nos libraremos de cerrar empresas que no se pueden adaptar a esos cambios tan brutalmente acelerados, pero si se salvan algunas empresas flexibilizando el mercado laboral, todo eso que ganaremos para el futuro.