El Smart City Expo World Congress de Barcelona es una foto fija del estado real de la innovación urbana. La edición 2025 (4–6 de noviembre, Fira Gran Via) confirma que el evento ya no es solo escaparate sino laboratorio de despliegues reales.
Las cifras hablan: más de 1.100 expositores y alrededor de 25.000 asistentes, con cientos de ponencias que colocan a la inteligencia artificial y a la gestión de datos en el centro de la agenda. Esto transforma la conversación: de “qué podríamos hacer” a “cómo lo desplegamos”.
El mérito del crecimiento sostenido —y de que el congreso haya sabido pivotar hacia proyectos tangibles— no es accidental. La dirección bajo Ugo Valenti y Pilar Conesa ha ido orientando el congreso hacia la implementación práctica: priorizar casos de uso, alianzas público-privadas y espacios de demostración donde la tecnología se prueba en contexto urbano.
En el suelo ferial, pavellones 3 y 4 completos y otros anexos, se han notado novedades concretas: soluciones de IA para planificación urbana, gemelos digitales integrados con datos en tiempo real, despliegues privados de 5G/5G-Advanced y nuevas startups de movilidad y gestión energética que buscan pilotos con ciudades. Estas innovaciones ya no son prototipos académicos; son productos ofertables por expositores nacionales e internacionales.
Para los ingenieros, la buena noticia es doble: más herramientas maduras y un ecosistema ferial que facilita pasar del piloto a la escala. Queda por ver si las administraciones aceleran la contratación pública para que las promesas se traduzcan en calles y barrios.