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Por un puñado de mails

Escrito por Redacción TNI el 02/11/2016 a las 16:26:27
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Un puñado de correos electrónicos pueden decantar unas elecciones de la primera potencia mundial.

 

La mayoría de lectores estará enterado del supuesto escándalo sucedido con los mails de Hillary Clinton. Sin embargo hacemos un breve repaso a los hechos.

 

Durante su mandato como Secretaria de Estado Clinton utilizó su correo personal para enviar correos que trataban asuntos confidenciales. No era la primera Secretaria que hacía algo así, sin embargo, los servicios de inteligencia, desde que la demócrata llegara al puesto, se habían puesto estrictos con el asunto.

 

El excesivo Donald Trump bautizó el suceso como el caso más escandaloso desde el Watergate y con los acontecimientos, se puso en duda la valía de la candidata demócrata a la presidencia de los Estados Unidos.

 

Todo pasa, y los verdaderos deslindes machistas de Trump ganaron protagonismo haciendo olvidar el caso Clinton. Pese a todo esto, cuando quedan escasos días para que se celebren los comicios electorales, el asunto de los mails vuelve a ponerse encima de la mesa y el FBI amenaza con investigar el asunto de nuevo. Ahora se debe a una estrecha colaboradora de Hillary. Huma Abedin utilizó el ordenador portátil de su marido para enviar correos igualmente confidenciales. Este caso se enmarca dentro de otro escándalo que podría perjudicar gravemente a la candidata sucesora de Barack Obama: El marido de Abedin del que ahora la asesora se está divorciando, fue miembro del partido demócrata, pero abandono su silla en la cámara de representantes de los Estados Unidos por un escándalo relacionado con las páginas webs de contactos sexuales. Aunque no llegó a consumar la infidelidad, Anthony Weiner, el marido, fue cazado en repetidas y reincidentes ocasiones chateando con mujeres e intercambiando fotos desnudo con ellas.

 

Los correos electrónicos de Hillary Clinton es una muestra clara de lo importante que resulta la privacidad y la seguridad en internet; más cuando se ocupa un cargo de responsabilidad política.

 

Podrá parecer un caso sin importancia que el magnate republicano ha utilizado para obtener votos. De todos modos no deja de ser una negligencia más de una política que ha sido acusada de no controlar su propia gestión.

 

Sea como sea, lo cierto es que el asunto destapa algo más importante si cabe: la política electoral estadounidense se basa en el escándalo. Es el fin de la política gestión en favor de la política espectáculo.