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El MWC debe dejar de ser un arma arrojadiza

Escrito por Carles Martin Badell el 21/11/2017 a las 21:59:10
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(Director Tecnonews)

Durante los últimos meses el Mobile World Congress más que el congreso de la telefonía móvil ha sido un campo de batalla entre partidarios de la independencia y partidarios de la unidad del Estado español. Tanto unos como otros parecían encantados de ver la inestabilidad del evento; unos por ver que decidía quedarse y otros cuando la organización afirmaba que, si la situación continuaba como hasta la fecha, finalmente iba a marcharse.

 

En medio han quedado las empresas que se dedican al sector de las Nuevas Tecnología que observaban como si de un partido de tenis se tratase. No las grandes empresas, pues a Samsung o Apple (asumámoslo) lo que pasa en un pequeño rincón de Europa le importa muy poco. Eran las empresas pequeñas, esas que con cada feria suman nuevos clientes, que a su vez supone pagar un nuevo sueldo para un trabajador, las firmas que han visto con temor los vaivenes de la política.

 

Con todo, es seguro que entre el 26 de febrero y el 1 de marzo, el MWC se celebrará en Barcelona. ¿Qué debemos hacer ante esa fecha? En primer lugar, hay, o mejor decir habría que, transmitir un mensaje de tranquilidad. No todo es política-pasión, pese a las rivalidades que mantienen los dos bandos, podrían (por favor) enterrar el hacha de guerra por momentos, por una semana (repetimos, por favor). Pedir eso tras ver cómo se gestionaron los días después del atentado, parece casi un cuento de fantasía. 

 

Al menos, en nuestro sector, deberíamos ser más listos. Alejarnos durante la feria de nuestras redes sociales y empezar a pensar en lo que de verdad importa: salir adelante y generar riqueza (la de empleados y la propia, esa que a la postre es lo que en términos macroeconómicos llamamos PIB).

 

En segundo lugar, deberíamos hacer buena esa frase: al Cesar lo que es del Cesar. Durante toda la crisis que ha puesto al MWC en la picota, alguien, algún político, ha preguntado a los que verdaderamente importan: a los trabajadores del sector nos referimos. En vez de eso se ha empleado el MWC como arma arrojadiza. Eso dice muy poco de la voluntad de diálogo de la política imperante. En caso de que nos pregunten, deberíamos tener la respuesta preparada, y esa respuesta debería estar lejos de la política.

 

En tercer y último lugar, deberíamos poner el foco sobre otro sector: los grandes empresarios. Queda claro que las pequeñas empresas tecnológicas no quieren marcharse. Barcelona es ideal: tiene el MWC, el 22@ y una cultura de trabajadores cualificados envidiable. ¿Por qué parece que las grandes compañías disfrutan partiendo? ¿Qué han obtenido con la jugada? Como en el humor, el humor bueno, lo gracioso es reírse de uno mismo y de los de arriba. En la crítica sucede lo mismo. Cada cual debe pensar lo que ha hecho mal para generar incertidumbre en el MWC y asumir que quienes mandan están pensando más en sus intereses que en los de los mandados. No se explica de otro modo que el evento más importante de telefonía del mundo, pese a querer quedarse (y ha aguantado mucho más que cualquier gran empresa española) finalmente haya dicho que no lo ve claro.