Actualizado el 23/04/2024

icon Facebook icon Twiiter icon RSS icon EMAIL
  1. Portada
  2. >
  3. Editoriales
  4. >
  5. ¿Cuál es la expectativa?

¿Cuál es la expectativa?

Escrito por Carles Martin Badell el 31/01/2023 a las 21:35:25
1336

(Director Tecnonews)

El pasado Mobile World Congress celebrado en Barcelona cerró con 60.000 visitantes procedentes de 200 países. Más de 1.900 empresas acudieron a la cita que se realiza en la Feria de la capital catalana.

 

Sin duda son cifras récord que ponen de relieve la importancia del evento. Se puede decir sin tapujos que el congreso es una de las referencias mundiales con respecto a la tecnología y, también sin duda, de los congresos en general.

 

Sea como sea, lo cierto es que esos 60.000 visitantes son pocos. Vamos a explicar cómo puede ser eso. En 2019 el MWC llegó a su máxima capacidad de asistencia. En la ciudad catalana se concentraron 109.000 personas dispuestas a conocer las primeras novedades del sector. La cifra suponía un récord en toda regla y auguraba un futuro brillante para el congreso.

 

Todo se truncó con la pandemia y en el año 2020 el evento terminó suspendiéndose pese a que estuvo a punto de suceder lo contrario. En 2020, con una versión reducida mediada por las medidas de control sanitario, el MWC acabó reuniendo a 20.000 personas. Al año siguiente, como ya hemos dicho, la cifra se elevó hasta los 60.000.

 

Ahora, la pregunta. ¿Conseguirá la edición de este año volver a las cifras del pasado? Todo está dispuesto para que así sea. Sin unas medidas por la pandemia tan acusadas en Barcelona y con un planeta en el que la libertad de movimiento ya no está tan cuartada, todo apunta hacia ese hecho: será el año de la recuperación.

 

Sin embargo, el Coronavirus puede haber dejado un poso más allá de las muertes. En la edición de 2021, se conectaron de forma online más de medio millón de personas a las conferencias que el MWC. Podría ser, entonces, que ese nuevo modo de vivir el evento haya venido para quedarse. ¿Es bueno para el MWC? Sin duda, pues supone que más personas conozcan lo que sucede dentro del congreso. Una suerte de democratización. Aun así, no podemos decir lo mismo para las personas que viven de los asistentes.