Hay razones para estar indignado. Ante comportamientos tan indignos y faltos de moral como los que estamos viviendo estos días, lo mínimo es llevar nuestro enfado al terreno de la indignación más profunda. A saber: el dinerito que el gobierno dará a Bankia. Unos pocos puñados de millones que son, en número, el mismo presupuesto que tiene toda la Generalitat de Catalunya y por ende muchas otras comunidades autónomas sobre las que pesa la espada de Rajoycles (es una broma con la espada de Damocles) de la intervención.

Mientras que unos se han pulido el presupuesto a base de dar créditos de dudoso retorno con un riesgo desmesurado al sector de la construcción, el deporte y demás que no sabemos, otros lo gastan para pagar los sueldos de médicos, profesores, prestar servicios sanitarios, arreglar carreteras. ..
 

¿Bajo que valores éticos están regidos los gestores de Bankia que han jugado con el dinero de los contribuyentes?  El valor, su valor, debe ser el bien sagrado de la amistad pues toda la gestión que ahora cuesta 24.000 millones de euros se ha perdido en manos de los amiguitos de los gestores. Tal vez dentro de unos años en ese bien tan español del maquillaje de imagen, nos van a decir que ellos sólo ayudaban a sus amigos… ¡Qué buenas personas!
 

Si ustedes tienen una empresa y han hecho lo posible para gestionarla correctamente pero se les ha hundido, temen y tiemblan para que no les pille por algún sitio la ley concursal (que como toda ley no exime de responsabilidades ni el desconocimiento ni la negligencia) ¿Donde irán a parar esos gestores negligentes irresponsables? Suena un eco de cárcel o al menos, repetimos, al menos, un eco de la cola del paro.
 

Cada español, a menos que nos los explique mejor el presidente del gobierno el Sr. Rajoy, deberá pagar 500 € (si la calculadora no nos falla y si nos falla y son diez euros da lo mismo) para cubrir la negligencia, sinó mala intención, de esos señores. Cada español debería presentar una demanda contra esos gestores que nos han llevado a esa ruina. Los bancos son empresas privadas y poniendo el símil de antes, si su empresa quiebra no pedirá, disculpen, mejor decir obligará a su vecino a sufragar la pérdida que su compañía ha tenido. 
 

Y aun más, nos engañaron a todos y la credibilidad de España también ha quedado arruinada. No es de extrañar que con tanta mentira la prima de riesgo española se haya disparado. ¿Quién nos va a creer ahora?