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Estructurando la Captable

Escrito por Mercè Tell el 20/06/2017 a las 11:39:38
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(Directora de inversiones)

No siempre es fácil o se puede elegir qué inversores incorporar en una compañía, y en mi experiencia, debería ser un punto de reflexión importante y suele ser crucial en el desarrollo de la misma. Muchas empresas, sobre todo las startups o empresas de reciente creación, en sus primeras rondas de financiación incorporan muchos pequeños inversores. ¿Y es esto positivo o es negativo? ¿Cuál es el número ideal de inversores? Son preguntas de difícil respuesta y cada empresa es diferente ya que las personas que la impulsan son diferentes.

 

Es lógico que una compañía incorpore en sus primeras etapas a inversores cercanos al emprendedor (los conocidos como las 3Fs: Friends, Fools & Family), puesto que el nivel de riesgo del proyecto no permite incorporar perfiles profesionales sin tener que ceder el control del mismo.

 

A medida que se van alcanzando objetivos, definiendo el modelo de negocio y obteniendo respuesta del mercado se empieza a aproximar a pequeños inversores profesionales, conocidos como Business Angels. Es habitual que estas primeras rondas de financiación las cubran varios pequeños inversores. La urgencia por la inyección de capital puede hacer que no se tenga en cuenta la composición final del accionariado de la compañía y la alineación de los intereses futuros de los inversores.

 

Los fondos de capital riesgo (inversores profesionales en rondas siguientes) normalmente prefieren compañías con menos inversores para minimizar las fuentes de potenciales problemas. Tanto en el momento de la entrada del mismo, como en subsecuentes rondas y especialmente ante una potencial venta de la compañía, menos inversores implica tener que negociar menos y poder alinear y consensuar la estrategia más fácilmente.

 

A modo de ejemplo, en caso de tener un comprador dispuesto a adquirir el 100% de una compañía, un inversor minoritario (incluso con un 1% de la compañía) puede tener en sus manos el buen fin de la operación o incluso el precio final de la misma. Es verdad que puede ayudar tener un pacto de socios y acuerdos de sindicación, pero el hecho de que alguien pueda amenazar con no comparecer en la notaría el día de la venta o forzar condiciones para que así sea puede ser muy perjudicial para el resto de socios.

 

Por ello, es importante definir una estrategia a largo plazo, tener un buen abogado y elegir bien quiénes van a ser los compañeros de viaje y el valor que pueden aportar a la compañía.

 





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