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La deriva real de la crisis

Escrito por Carles Martin Badell el 23/09/2014 a las 20:03:02
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(Director Tecnonews)

A diferencia de lo que muchos creen, en una de sus acepciones del griego, la palabra crisis significa decidir y no oportunidad. Parece extraño entonces que con la caída económica, nuestras sociedades estén quedándose cada vez más sin capacidad de decidir.

En parte este problema procede del mundo de la empresa, donde muchos empresarios han visto en la crisis, ahora sí, una oportunidad de enriquecerse sin pensar en las consecuencias para el futuro.

Existen dos actitudes cada vez más frecuentes que son una real condena para el día de mañana. En primer lugar se ha vuelto frecuente ver como las compañías de gran calado y las de mediana importancia se pueblan de becarios que duran los seis meses estipulados que las compañías por obligación tienen que ofrecerles. Son en realidad mano de obra barata (en algunos casos 400 euros por una jornada de 8 horas) que realizan las tareas de un asalariado en nómina. Eso supone un trabajador de bajo coste que por otro lado no cotiza nada a la seguridad social y por lo tanto no es otra cosa que un lento vaciar la caja de las pensiones. Además, esta actitud afecta profundamente a los jóvenes que se sienten estúpidos viendo como son explotados. Una generación en vías de perderse.

La segunda de las actitudes es también una tendencia pujante. Algunas empresas para evitar pagar los costes al estado de un trabajador han visto como una perfecta solución contratarlos si se hacen autónomos. En algunos casos sucede incluso que esos trabajadores pasan más de ocho horas en la misma oficina como si de un empleado más se tratase. Eso no es picardía es una ilegalidad en toda regla que debería ser perseguida por la ley y que además pone en situación de riesgo social a los propios autónomos que no han decidido serlo.

En resumidas cuentas los trabajadores están viendo como su capacidad de decidir se va al garete y el estado en pocos años verá como no tiene capacidad para resguardar la seguridad de sus mayores.