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Supercomputación ¿para qué?

Escrito por Teresa Via el 09/09/2009 a las 18:02:49
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(Técnica líder de Promoción)

El astrofísico Jeremiah P. Ostriker, de la Priceton University, afirmaba que "no hace demasiados años, la cosmología se acercaba más a la teología que a la ciencia". Y añadía, "los supercomputadores han ayudado a cambiar esto". Ciertamente, la supercomputación ha permitido avanzar en el conocimiento de fenómenos no observables, pero de los que se dispone de información, o observables pero no reproducibles de forma experimental y que pueden ser analizados detenidamente mediante técnicas computacionales. La supercomputación permite realizar simulaciones, es decir, diseñar un modelo de un sistema real y llevar a término experiencias con él, con la finalidad de comprender el comportamiento del sistema o evaluar nuevas estrategias para su funcionamiento. Además, es esencial también para procesar las ingentes cantidades de datos generados experimentalmente o teóricamente, o procedentes de la observación y recopilación de información. Mediante la visualización gráfica se crean imágenes que ayudan a interpretar y comprender la representación numérica, masiva y compleja, de resultados y conceptos científicos. A finales de julio, el Centro de Regulación Genómica publicaba el artículo "Cell Type-Specific Importance of Ras-c-Raf Complex Association Rate Constants for MAPK Signalling", en Science Signaling, en el que se describe cómo las simulaciones por ordenador pueden servir para predecir la mejor diana de una fármaco. Combinando trabajo experimental y modelado por ordenador, muestran cómo la simulación permite a los investigadores interpretar los datos experimentales. Como decía Cristina Kiel, coautora del trabajo con Luis Serrano, "la combinación de las simulaciones por ordenador y el trabajo experimental hacen que mi trabajo sea fascinante y proporciona nuevas perspectivas y vías de investigación que mi cerebro nunca habría imaginado". Sin embargo, combinación de experimentación y simulación no siempre es posible. En el estudio de nuestra galaxia o de otros planetas, por ejemplo, se dispone de información procedente de la observación, pero la simulación es básica para reproducir fenómenos y profundizar en el conocimiento. El investigador del Observatori Esteve Duran, Enrique García-Melendo, usa desde hace años los recursos del CESCA para estudiar las atmósferas de Saturno y de Júpiter y analizar el comportamiento de sus corrientes de aire. El estudio de la dinámica atmosférica de estos planetas, destacado en la portada de Nature, puede ayudar a comprender mejor la meteorología terrestre. Por ejemplo, desde hace casi una década, el CESCA participa conjuntamente con la Universitat de Barcelona, el Institut d'Estudis Espacials de Catalunya y la empresa GMV en el proyecto GAIA, que pretende profundizar en el conocimiento de la estructura, el origen y la evolución de nuestra galaxia, creando un mapa tridimensional de más de mil millones de estrellas. En esta misión, que según la ESA se lanzará en diciembre de 2011 y finalizará en 2020, un satélite proporcionará tal cantidad de información y la precisión que se desea obtener, el tratamiento y el procesado de los datos es una tarea fundamental y crítica de la misión. Pero la supercomputación no sólo da luz a la ciencia, sino que cada vez es más amplio el espectro que alcanzan sus aplicaciones. Si echamos un vistazo a la lista de los 500 supercomputadores más potentes del pasado mes de junio y la comparamos con la de hace 10 años, se puede destacar la diversificación de las áreas científicas, por un lado, y la aparición de nuevos sectores "industriales" que disponen de potentes supercomputadores. Así, aparecen nuevas áreas de aplicación como consultoría, medios de comunicación, servicios en general y servicios logísticos, entretenimiento, juego, comercio... También el CESCA está impulsando el acceso de la industria a la supercomputación, desde hace más de 12 años a través del Servicio de Diseño de Fármacos, que permite a laboratorios farmacéuticos avanzar en la investigación de nuevos medicamentos y, más recientemente, a través de su participación en la Anella Industrial, que conecta inicialmente ocho empresas catalanas del sector de la automoción para que puedan acceder a los recursos de supercomputación y a un entorno de trabajo colaborativo para que puedan hacer simulación compartiendo recursos y conocimiento. Más allá de su uso científico, la supercomputación está presente en nuestro día a día cada vez más. Automoción, entretenimiento, marketing, logística... usan la simulación y el tratamiento de datos para generar información de valor y mejorar sus productos y servicios.