No queda más remedio en una fecha como ésta que hablar evidentemente de lo que es capital durante nuestros días.

El MWC ha finalizado y de momento aún es un poco temprano para hacer un análisis global y completo. Sin lugar a duda tan sólo saldrían de nuestra boca buenas opiniones con respecto al evento. Las únicas notas negativas son el circo montado por ciertos manifestantes que consideran que el congreso es algo que debe irse de la ciudad porque da un tipo de beneficios que a ellos no les convienen.

En otro lugar los menos favorables con respecto al MWC han tenido que callar sus consideraciones venenosas debido a las evidencias materiales de la riqueza que genera la feria.

Parece que hay telefonía móvil para mucho tiempo y la ciudadanía es consciente de ello.
Por otro lado mientras de forma virtual Barcelona, Cataluña y España salían de la crisis, cabe destacar que desde algunos sectores de la sociedad, parece ser que no acaban de creer que esta feria es el futuro del país.

No tiene lógica la idea de centralizar la CMT en Madrid ni ciertos discursos con respecto a las comunidades autónomas y la necesidad de que reduzcan el déficit de forma drástica. Ha quedado demostrado que no siempre el estado de las autonomías genera déficit, en otros tantos casos son el centro fundamental de la riqueza de un país.

En resumen, la sensación general del MWC es de triunfo generalizado. Los asistentes creen en la ciudad, los organizadores creen en la ciudad, la mayoría de los ciudadanos también… ¿Por qué algunos aún no están en esta onda de optimismo?