En la actualidad, nuestra juventud universitaria es muy numerosa y bien formada, aunque parcialmente anestesiada por culturas y políticas sobre-protectoras. Su objetivo fundamental, una vez egresados, ha sido encontrar un buen trabajo, bien pagado y sobre todo estable (a ser posible en la Administración). Sin embargo, y a consecuencia de la crisis, la situación ha cambiado radicalmente.  Las empresas y la Administración, solamente demandan una pequeña parte de los titulados universitarios y los trabajos que ofrecen son eventuales, mal pagados, y lo que es peor, en muchas ocasiones son subempleos sin perspectivas de futuro. Como consecuencia, la solución que se plantean los recién titulados, es marchar del país. Lamentablemente, en muy pocos casos se plantean crear sus propias empresas.
 

Durante la última década, ha aparecido en las universidades una incipiente actividad de creación de empresas spin-off, que todavía es muy limitada. Es cierto, que una vez nacidas las iniciativas, suelen existir instrumentos para acompañar y dar soporte al emprendedor. Sin embargo, los resultados muestran que el número de empresas creadas en el entorno universitario ha sido muy bajo y muy pocas de ellas han conseguido un tamaño considerable.
 

Un problema fundamental ha sido que las empresas han nacido aleatoriamente, como las setas, de forma espontánea y dispersa. Los instrumentos de apoyo también han actuado como los buscadores de setas, es decir, como recolectores. La solución requiere un cambio radical que implica pasar de la edad de la recolección a la edad agrícola, sembrando y cultivando, de una forma intensiva y estructurada las capacidades existentes y no afloradas. Una solución para este cambio de mentalidad es la formación y el fomento del emprendimiento en las universidades de forma sistemática. 
 

En la actualidad ya existen actividades de formación y estímulo del emprendimiento en las universidades. Sin embargo, estas actividades, o son puntuales o son asignaturas generalmente limitadas y orientadas específicamente a estudiantes de las ramas de economía y empresa.
En nuestras universidades hay muchos estudiantes que, además de una formación en diferentes áreas del conocimiento, también tienen capacidades y aptitudes para ser emprendedores. Sin embargo, el complejo mundo de la creación de empresas o la falta de compañeros de viaje que tengan las mismas actitudes para la innovación y el riesgo, pueden desanimar a los potenciales emprendedores, al no encontrar un ecosistema favorable a la creación de empresas.
En la UAB se está lanzando una iniciativa piloto (en la que está implicado el que escribe estas líneas) para fomentar el espíritu emprendedor y formar estudiantes en una asignatura transversal para estudiantes procedentes de cualquier facultad/escuela o máster, interesados en la creación de empresas. La idea es formar estudiantes con diferente formación de base pero que tengan aptitudes y actitudes emprendedoras, fomentando una interacción que propicie la creación de equipos multidisciplinares y complementarios. La idea es generar  un melting pot como ecosistema propicio para la creación de empresas.

Juanjo Villanueva
Catedrático emérito de la UAB.