Hay estudios que nos arrancan una sonrisa por lo tontainas que parecen ser pero que esconden una verdad un tanto más agria.

Según investigaciones realizadas en los Estados Unidos, la mayoría de los iPhones no están asegurados frente un robo.

Pero vayamos por partes. Cuando compramos un terminal móvil de la empresa de la manzana abrimos la caja en la que va, lo enseñamos a los amigos, leemos las instrucciones… y evidentemente algún día le ponemos una clave de bloqueo para el iPhone.

Según este estudio si un ladrón consigue usurpar un teléfono móvil de este tipo tiene un 15 por ciento de acertar la contraseña puesta por el usuario.

Y en este caso no se trata de un problema de la empresa  sino que es un fallo o quizás no tanto, de los usuarios. Decimos no tanto porque la elección de la contraseña es casi un proceso irracional que se hace sin atender demasiado.

En este sentido la contraseña más utilizada es el 1234. A esta le siguen 2580 (línea vertical de número) o el 0000 o el 1111 y así con todos los número. 

En resumen, ya lo saben, los ladrones igual que nosotros lo sabemos, pueden utilizar esta lógica para abrir su móviles.

La pregunta es: ¿Vale la pena cambiar de número de contraseña si se pierde en comodidad?