Cuando alguien afirma, medio en sorna medio con voluntad de expresar su triunfo u ostracismo social, en una reunión social, que no es miembro de ninguna red social, se produce un segundo de extrañeza en dicha conversación que es acompañado de las pertinentes preguntas:

¿Por qué? ¿Te robaron todo el dinero que tenías en una cuenta para tu jubilación por culpa de una red social? ¿Mark Zuckerberg es tu compañero de piso?

Nadie imagina que esa opción puede ser de muchas índoles y muy alejadas de la locura o asocialidad de aquel que no tiene red social.

Hay que reconocer de todos modos, que la opción de no participar de la ultra sociabilización es una elección muy extraña cuando no arriesgada en este mundo que vivimos.

Por el contrario existente los que asumen una opción opuesta a la de los que deciden no tener ningún perfil en las muchas redes sociales que hay en internet. Estos son los que pertenecen a más de una de éstas.

Podría pensarse que se trata de un grupo reducido de personajes con un sinfín de ansias por hacer amigos. Desengañémonos, las últimas estadísticas afirman que el 30 por ciento de la población joven ya tiene perfiles en más de 3 redes sociales. Eso supone a demás de un gasto de tiempo un cambio en nuestra estructura psicosocial.

Tal vez estamos entrando en una camino sin retorno en el que cada ser humano pertenecerá a un sinfín de grupos de internet y en el que sólo tener perfil en una red social será lo verdaderamente raro.